que puede ser y que hacer

Dolor en la Espalda Síntomas

El dolor de espalda al respirar suele estar relacionado con un problema que afecta a los pulmones o al revestimiento de este órgano, conocido como pleura. Los casos más comunes son gripes y resfriados, pero el dolor también puede presentarse en afecciones pulmonares más graves, como neumonía o embolia pulmonar, por ejemplo.

Aunque es menos común, el dolor también puede ser señal de problemas en otras localizaciones, desde los músculos hasta el corazón, pero en estas situaciones suele asociarse a otros síntomas que no solo involucran la respiración.

En cualquier caso, la mejor opción siempre que aparezca este tipo de dolor, sobre todo si dura más de 3 días o es muy intenso, es consultar a un neumólogo o médico de cabecera, para que realice pruebas diagnósticas, como una radiografía, identificando la posible causa e iniciando el tratamiento más adecuado.

Así, las causas más comunes de dolor de espalda al respirar incluyen:

1. Resfriado y gripe

La gripe y el resfriado son afecciones de salud muy comunes que son causadas por virus que ingresan al cuerpo y causan síntomas como secreción nasal, tos, cansancio excesivo e incluso fiebre. Sin embargo, aunque es menos común, tanto la gripe como el resfriado también pueden provocar dolor de espalda al respirar, que suele estar relacionado con la acumulación de secreciones en las vías respiratorias o el cansancio de los músculos respiratorios por el acto de respirar. toser.

Qué hacer: los virus de la gripe y el resfriado son eliminados de forma natural por el propio sistema inmunológico al cabo de unos días. Por ello, lo mejor es adoptar medidas que ayuden a fortalecer las defensas del organismo y recuperarse más rápido, como descansar y beber mucho líquido durante el día. Consulte consejos sencillos para hacer en casa y deshacerse de la gripe más rápido.

2. Distensión muscular

La distensión muscular es otra causa relativamente común y no grave de dolor al respirar. Esta condición ocurre cuando las fibras musculares sufren pequeños desgarros y, por lo tanto, permanecen doloridas durante 2 a 3 días. Esto puede ocurrir cuando has hecho un mayor esfuerzo con los músculos de la espalda, lo que puede ocurrir por tener una mala postura durante el día, hacer ejercicio en el gimnasio o simplemente toser muy fuerte durante una situación de resfriado o gripe.

Qué hacer: La mejor forma de tratamiento para la distensión muscular es el reposo, ya que evita el uso de las fibras musculares lesionadas. Además, aplicar una compresa fría en la zona durante las primeras 48 horas, de 3 a 4 veces al día, también puede ayudar a aliviar el dolor. Vea más sobre la distensión muscular y qué hacer.

3. Costocondrita

La costocondritis consiste en la inflamación del cartílago que conecta el hueso del esternón con las costillas. Esta afección suele provocar un dolor intenso en el pecho, que puede irradiarse hacia la espalda, especialmente al respirar profundamente. Además del dolor, la costocondritis también puede provocar dificultad para respirar y dolor al presionar el esternón.

Qué hacer: normalmente el dolor causado por la costocondritis mejora con la aplicación de compresas calientes en la región del esternón, además de descansar y evitar esfuerzos intensos. Sin embargo, cuando el dolor es muy intenso, o dificulta la realización de las actividades diarias, es recomendable consultar a un ortopedista o médico de cabecera para valorar la necesidad de iniciar un tratamiento con medicación, como analgésicos y antiinflamatorios. Obtenga más información sobre esta afección y su tratamiento.

4. Neumonía

Aunque el dolor de espalda al respirar muchas veces es sólo un síntoma de gripe o resfriado, en situaciones en las que el dolor empeora puede indicar una infección un poco más grave, como la neumonía.

En estos casos, además del dolor, la tos y la secreción nasal, habituales en gripes y resfriados, también pueden aparecer otros signos y síntomas, como dificultad intensa para respirar, fiebre superior a 38ºC y flemas verdosas o sanguinolentas, por ejemplo. Vea cómo identificar una situación de neumonía.

Qué hacer: en caso de sospecha de neumonía, siempre es muy importante consultar a un médico, para diagnosticar el problema e iniciar el tratamiento más adecuado, que puede incluir el uso de antibióticos. Sin embargo, dado que la neumonía puede ser bastante contagiosa, especialmente si es causada por un virus, se recomienda que, si es posible, use mascarilla al salir de casa.

5. Embolia pulmonar

Aunque es más raro, la embolia pulmonar es otro problema que puede provocar dolor de espalda intenso al respirar. Esta afección ocurre cuando uno de los vasos pulmonares queda bloqueado por un coágulo, lo que impide el flujo de sangre a algunas partes del pulmón. Cuando esto sucede, además del dolor, es común que se presenten síntomas como dificultad para respirar intensa, tos con sangre y piel azulada, por ejemplo.

La embolia puede ocurrir en cualquier persona, pero es más común en personas con antecedentes de trombosis, que tienen problemas de coagulación, que tienen sobrepeso o que tienen un estilo de vida muy sedentario.

Qué hacer: al ser una situación muy grave, siempre que exista sospecha de tener una embolia pulmonar, se recomienda acudir a urgencias lo más rápido posible, para confirmar el diagnóstico e iniciar el tratamiento, que normalmente comienza con el uso de medicamentos. que ayudan a destruir el coágulo, como la heparina. Comprenda mejor qué es la embolia, cuáles son los síntomas y cómo tratarla.

6. Pleurisia

La pleuresía, o pleuritis, es otra condición que puede causar dolor de espalda intenso al respirar y que ocurre cuando se acumula algún tipo de líquido entre las dos capas de la pleura, que es la membrana que recubre los pulmones. Cuando esto sucede, la pleura se inflama y el dolor tiende a empeorar al respirar profundamente o toser. Además, otros síntomas incluyen tos muy frecuente, sensación de dificultad para respirar y febrícula persistente.

Aunque no se considera una afección grave, la pleuresía puede ser un signo importante, ya que suele aparecer en personas que tienen otro problema respiratorio y puede significar que el tratamiento para ese problema no está funcionando.

Qué hacer: la sospecha de pleuresía siempre debe ser evaluada por un médico, por lo que se recomienda acudir al hospital. El tratamiento casi siempre comienza con un antiinflamatorio para aliviar la inflamación de la pleura y mejorar los síntomas, pero el médico también necesita identificar la causa de la pleuresía. Vea más sobre la pleuresía, cómo identificarla y tratarla.

7. pericarditis

El dolor de espalda al respirar casi siempre está relacionado con un problema pulmonar, sin embargo, también puede presentarse en algunos problemas cardíacos, como la pericarditis. La pericarditis es una inflamación de la membrana que recubre el músculo cardíaco, el pericardio, que además de un dolor intenso en el pecho, también puede provocar un dolor intenso que se irradia a la espalda, especialmente al intentar respirar profundamente.

La pericarditis es más común en personas que presentan algún tipo de infección o inflamación en otra parte del cuerpo, como neumonía, tuberculosis, artritis reumatoide o incluso una caries. Vea cómo identificar una situación de pericarditis.

Qué hacer: tratar la pericarditis puede ser relativamente fácil, especialmente cuando el problema se identifica en una etapa temprana. Por lo que, ante la sospecha de un problema cardíaco, es recomendable consultar a un cardiólogo para que evalúe los síntomas, así como la historia de salud, llegando al diagnóstico e indicando el tratamiento más adecuado.

8. Ataque al corazón

Aunque el síntoma más común de un infarto es la aparición de un dolor muy intenso, en forma de opresión, en el pecho, también hay casos en los que el dolor comienza con una ligera molestia en la espalda que empeora al respirar. Otros síntomas que pueden estar asociados son hormigueo en uno de los brazos, normalmente el izquierdo, náuseas y malestar general, así como dificultad para respirar.

Aunque es relativamente raro, el infarto es una situación cada vez más común, especialmente en quienes tienen algunos factores de riesgo, como llevar una dieta desequilibrada, ser fumador, vivir constantemente en estrés o tener antecedentes de hipertensión arterial, diabetes o colesterol. .

Qué hacer: Siempre que se sospecha de un infarto es muy importante acudir rápidamente al hospital, ya que cuanto antes se diagnostique, mayores serán las posibilidades de tratar el problema y evitar que surjan complicaciones. Obtenga más información sobre cómo reconocer un posible ataque cardíaco.