qué es, para qué sirve y cómo utilizarlo

Tratamientos naturales

La alfalfa es una planta medicinal que mejora la función hepática, reduce la retención de líquidos, regula los niveles de azúcar en sangre, reduce el colesterol, controla la presión arterial alta, previene infecciones urinarias y alivia los síntomas de la menopausia.

Estos beneficios se deben a que esta planta es rica en sustancias bioactivas, como polifenoles, isoflavonas y saponinas, además de contener vitaminas y minerales, garantizando propiedades antioxidantes, antiinflamatorias, cardioprotectoras y diuréticas, favoreciendo la salud.

Un alfabeto (medicamento sativa) se pueden encontrar en tiendas naturistas, farmacias y en algunos mercados y las partes que se pueden utilizar en la alimentación son los germinados, que se pueden utilizar en ensaladas o sopas, por ejemplo. Además, las hojas o raíces secas se pueden utilizar para preparar tés o tinturas.

Para qué sirve

Las principales indicaciones de la alfalfa son:

1. Protege el corazón

La alfalfa contiene saponinas que ayudan a reducir el colesterol LDL en la sangre, ya que inhibe las enzimas que trabajan en el metabolismo del colesterol, previniendo la acumulación de esta sustancia en el organismo y manteniendo el corazón sano.

Además, esta planta ayuda a aumentar los niveles de colesterol HDL, que actúa como protector cardiovascular, previniendo el desarrollo de enfermedades como el infarto o la aterosclerosis.

2. Ayuda a controlar la diabetes

La alfalfa contiene compuestos que estimulan la secreción de insulina, que es una hormona producida por el páncreas necesaria para regular los niveles de glucosa en sangre, además de contener altas cantidades de manganeso, que tiene propiedades hipoglucemiantes, por lo que es un alimento muy útil para personas con diabetes.

3. Prevenir la inflamación

Las partes aéreas de la alfalfa contienen sustancias con actividad antiinflamatoria que actúan sobre el sistema inmunológico, inhibiendo su reacción ante algunas situaciones, y pueden ser útiles como alimento terapéutico para prevenir y complementar el tratamiento de alteraciones inflamatorias, como la enfermedad inflamatoria intestinal. artritis y alergias, por ejemplo.

4. Aliviar los síntomas del síndrome premenstrual

La alfalfa es rica en fitoestrógenos, que son sustancias con actividad similar a los estrógenos, siendo efectivas para aliviar los síntomas del síndrome premenstrual o menopausia, como dolor abdominal, dolor de cabeza, nerviosismo y sofocos.

5. Reducir y controlar el peso

La alfalfa contiene buenas cantidades de agua y fibra que ayudan a aumentar la saciedad entre comidas, reduciendo el apetito y, por tanto, el consumo de alimentos durante el día y favoreciendo la pérdida de peso corporal.

Además, esta planta es muy baja en calorías, teniendo sólo 23 kcal por 100 gramos, por lo que es un alimento muy útil para incorporar a tu dieta para el control de peso.

6. Prevenir el daño hepático

Esta planta medicinal contiene sustancias antiinflamatorias y antioxidantes, como fenoles y flavonoides, que ayudan a regular los niveles de enzimas hepáticas, previniendo el daño hepático, además de ayudar a desintoxicar el organismo en general.

7. Controlar la presión arterial alta

La alfalfa es rica en compuestos antioxidantes y minerales, como el magnesio y el potasio, teniendo propiedades diuréticas y antiinflamatorias que ayudan a relajar los vasos sanguíneos y eliminar el exceso de sodio del organismo, por lo que es un muy buen alimento para ayudar a controlar la presión arterial en personas con hipertensión, además de prevenir esta condición.

8. Prevenir la osteoporosis

La alfalfa también es rica en vitamina K, vitamina necesaria para fijar el calcio en los huesos, importante para el crecimiento y formación de los huesos en los niños y su mantenimiento en la edad adulta, previniendo el desarrollo de osteoporosis.

9. Reducir la retención de líquidos

Esta planta tiene propiedades diuréticas y circulatorias que ayudan a reducir la retención de líquidos o edemas en el cuerpo, además de ser útil para ayudar a tratar enfermedades asociadas a esta condición, como problemas renales, cardíacos o hepáticos.

10. Mejorar la coagulación sanguínea

Por contener buenas cantidades de vitamina K, la alfalfa puede ayudar en la formación de coágulos sanguíneos, siendo importante para prevenir sangrados y hemorragias en caso de heridas o procedimientos quirúrgicos.

Sin embargo, si la persona está usando anticoagulantes, es importante limitar su consumo, ya que la vitamina K puede reducir su eficacia.

11. Evita las infecciones urinarias

Al ser un diurético natural, la alfalfa favorece el flujo de orina, evitando la acumulación de bacterias dañinas en el tracto urinario, siendo útil para prevenir y ayudar a tratar infecciones urinarias.

¿La alfalfa es buena para la lactancia?

La alfalfa, al tener en su composición isoflavonoides estrogénicos, como la genisteína y la daidzeína, con un efecto similar al estrógeno que produce naturalmente el organismo, que supuestamente puede aumentar la producción de leche materna, y puede consumirse cocida y en pequeñas cantidades, en ensaladas, por ejemplo.

Sin embargo, no se recomienda su uso en forma de suplementos o infusiones durante la lactancia, debido a la mayor cantidad de isoflavonoides estrogénicos, que pueden pasar al bebé a través de la leche en pequeñas cantidades, y aún no existen estudios científicos sobre los efectos que tienen. puede tener. en el bebe. Además, tampoco existen estudios sobre la excreción de otros componentes de la alfalfa a través de la leche materna.

Por lo tanto, el uso de alfalfa durante la lactancia debe realizarse con la orientación de un médico, nutricionista o herbolario. A continuación se ofrecen algunos consejos para aumentar la producción de leche materna.

Información nutricional

La siguiente tabla proporciona información nutricional de los brotes de alfalfa germinados crudos por 100 gramos y por cada ración de 33 gramos, que corresponde a 1 taza:

Para disfrutar de los beneficios de la alfalfa es importante que forme parte de una dieta sana y equilibrada, y que se practique actividad física a diario.

Pide cita con tu nutricionista más cercano para obtener la mejor orientación sobre cómo incluir la alfalfa en tu dieta diaria:

Cómo utilizar la alfalfa

La alfalfa es un brote muy nutritivo, con poca cantidad de calorías, que tiene un sabor delicado y debe consumirse crudo, aprovechando así todos sus nutrientes y beneficios. Por ello, las hojas y raíces de alfalfa se pueden consumir en ensaladas, sopas, como relleno de sándwiches naturales y en forma de zumos o tés, por ejemplo.

1. Té de alfalfa

Una de las formas de consumir alfalfa es a través del té, el cual se debe preparar utilizando las hojas y raíces secas de esta planta medicinal.

Ingredientes

  • 20 mg de hojas secas y raíz de alfalfa;
  • 500 mililitros de agua.

Modo de preparación

Hervir el agua, apagar el fuego y agregar la alfalfa. Déjalo reposar unos 5 minutos y luego cuela, espera a que se enfríe y bebe hasta 3 veces al día.

2. Brotes de alfalfa

Los brotes de alfalfa se pueden utilizar en la alimentación para preparar ensaladas, sopas o sándwiches, por ejemplo.

Para preparar la ensalada puedes añadir un puñado de brotes de alfalfa, con otras hojas verdes, como lechuga o rúcula, y también puedes añadir tomates cherry o zanahoria, por ejemplo, y aliñar con un chorrito de aceite de oliva virgen extra. .

Lo ideal es que la cantidad de alfalfa en la dieta sea pautada por el nutricionista, según las necesidades nutricionales de la persona, y debe formar parte de una dieta equilibrada y nutritiva.

Durante la lactancia se recomienda consumir brotes de alfalfa cocidos, debido al mayor riesgo de infecciones causadas por Salmonela, Escherichia coli mi listeriacuando se consume crudo.

3. Cápsulas de alfalfa

La alfalfa también se puede encontrar en forma de cápsulas, en farmacias o tiendas de productos naturales, preparadas con el extracto seco de esta planta medicinal, que contienen de 400 mg a 650 mg de alfalfa por cápsula.

Las dosis pueden variar según la cantidad de alfalfa en la composición de las cápsulas, por lo que su uso sólo debe realizarse bajo la orientación de un médico o profesional con experiencia en plantas medicinales, con dosis individualizadas.

Posibles efectos secundarios

La alfalfa se considera segura cuando se consume en las cantidades recomendadas, sin embargo, cuando se usa en cantidades mayores a las recomendadas, puede causar efectos secundarios como exceso de gases, dolor abdominal o diarrea.

Además, debido al mayor riesgo de contaminación por salmonella de los brotes de alfalfa, E. coli y listeria, la alfalfa puede provocar infecciones intestinales con síntomas como calambres intestinales, diarrea intensa, náuseas, vómitos y fiebre. En este caso, debes consultar a tu médico de cabecera o acudir al hospital, ya que puede provocar deshidratación, requiriendo líquidos por vía intravenosa y, en algunos casos, la necesidad de utilizar antibióticos para tratar la infección.

La alfalfa, al contener L-canavanina en su composición, también puede provocar efectos secundarios similares al lupus o desencadenar síntomas agudos del lupus, especialmente cuando se consume durante mucho tiempo y sin consejo médico. Sepa cómo identificar los síntomas del lupus.

¿Quién no debería usar?

La alfalfa no debe ser utilizada por niños menores de 5 años, personas mayores de 65 años, ni por personas que padezcan enfermedades autoinmunes, como lupus eritematoso sistémico, artritis reumatoide, gota o esclerosis múltiple, por ejemplo, o que utilicen fotosensibilizantes. Medicamentos, como antibióticos, antiarrítmicos, antidepresivos, diuréticos o ungüentos para la piel, ya que pueden aumentar el riesgo de sufrir quemaduras solares.

Además, la alfalfa no debe ser utilizada por mujeres que están embarazadas, o que usan anticonceptivos hormonales, toman terapia de reemplazo hormonal con estrógenos o tienen condiciones de salud como endometriosis, cáncer de mama, cáncer de útero, cáncer de ovario o fibrosis uterina, debido a El efecto estrogénico de la alfalfa.

La alfalfa tampoco debe ser utilizada por personas que toman medicamentos anticoagulantes, como warfarina o ácido acetilsalicílico, por ejemplo, ya que puede interferir con la eficacia de estos medicamentos.

Si es necesaria la cirugía, se debe suspender el uso de alfalfa dos semanas antes y después de la cirugía.