Vida transformada después del cáncer

la historia de ariana prado

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Ariana Prado es un ejemplo de una vida transformada tras el cáncer, haciendo de su lucha una historia de optimismo y superación.

La historia de Ariana Prado ciertamente parece el guión de una película. En 2016, en pleno Octubre Rosa, Ariana descubrió que tendría que emprender un viaje difícil. Tendría que tratarse un cáncer de mama, y ​​aun después de sufrir el diagnóstico de un tumor maligno en su mama, a los 31 años, no perdió la fe. La vida de la mujer se transformó después del cáncer. Así, demostró a todos que, además de la superación, el proceso y todos los obstáculos del camino formaron una hermosa historia.

Todo empezó en octubre de 2016, durante unos exámenes de rutina. Casualmente, en el ala de oncología del laboratorio donde se encontraba, Ariana vio las campañas del Octubre Rosa y, según ella, se imaginó como una paciente con cáncer de mama. Sin embargo, días después de su pensamiento, recibió la noticia de que el sueño se había hecho realidad. El impacto del descubrimiento de la enfermedad llevó a Prado a realizar otros descubrimientos valiosos. En este sentido, la mujer recibió una nueva perspectiva de la vida, además de un optimismo extremo.

Vea a continuación la historia de Ariana Prado y su vida transformada después del cáncer, así como las lecciones que la enfermedad dejó a la paciente y lo que ella cuenta sobre su viaje.

Una vida transformada después del cáncer

Vida transformada después del cáncer

El caso de Ariana es inusual: su nódulo fue descubierto por casualidad. Ya con 31 años y sin ningún caso de cáncer de mama en su familia, no tenía la costumbre de hacerse exámenes anuales. Sin embargo, al tocar su propio pecho, sintió algo extraño. Aunque estaba acostumbrada a dejar sus exámenes ginecológicos para el último momento, decidió consultar a un médico. Ese sería el primer nombramiento de muchos que tendría durante los próximos 6 meses.

Según su primer médico, al principio nada parecía grave. Según el profesional, si Ariana no quisiera investigar su situación, podría estar tranquila. Sin embargo, la mujer no se dio por vencida y volvió a buscar atención. Dos meses después, otra mastóloga notó algo diferente en sus exámenes, lo que le indicó que el crecimiento del nódulo era inusual, ni siquiera en términos de forma o velocidad de crecimiento.

Entonces, Ariana decidió investigar más a fondo su caso, y aunque no tenía la costumbre de abrir los resultados antes de una consulta, no pudo detenerse. Ella cuenta cómo recibió su examen: después de imprimirlo, lo colocaron en el mostrador. Como el sobre era transparente, pudo leer la palabra enseguida: “carcinoma”. Prado estaba sumamente nerviosa y le dijo a su novio que la esperaba: “es cáncer”. Para ella, “no es una noticia que esperábamos recibir jamás, y a sus 31 años, menos”.

el dia de ariana

Incluso con tantos planes y sueños futuros, Ariana enfrentó una noción común para la mayoría de los pacientes con cáncer: el hecho de que la palabra “carcinoma” podría ser su fin. Dice que, cuando recibió la noticia, pensó que iba a morir. “Un día, duchándome con el diagnóstico, pensé: ‘Dios mío, ¿tengo 1 año? ¿O 6 meses?’” Darles la noticia a sus padres también fue difícil.

Además, la mujer todavía se vio obligada a tomar decisiones importantes en muy poco tiempo. Su médico, aún al inicio del tratamiento, le aconsejó congelar sus óvulos, ya que la quimioterapia podría comprometerlos. Ariana sólo tuvo 15 días para tomar una decisión. Sin embargo, dijo: “Quiero vivir. Si voy a tener un hijo o no, lo veré más tarde”. Para ella tú eres la prioridad, pero al cabo de un tiempo “la vida te pasa factura”. La realidad de la mujer, sin embargo, siempre ha sido otra: su recorrido no fue el mismo que el de muchos que enfrentan el cáncer.

El tratamiento

El análisis del tumor de Ariana Prado lo clasificó como Luminal B. Según los profesionales, este tipo de cáncer no es común y su pronóstico no es tan alentador como el subtipo Luminal A, por ejemplo. Aun así, Ariana no perdió las fuerzas, siempre apoyada por sus amigos, familiares y equipo médico. Esto la hizo ganar confianza y luchar todo el tiempo contra la corriente de su enfermedad, recibiendo buenas noticias desde el inicio de su tratamiento.

Una de las ventajas del caso de Ariana fue su diagnóstico temprano. Luego de realizarle las pruebas, el médico identificó que tendría que someterse a una cuadrantectomía, es decir, un caso en el que no sería necesario extirpar toda la mama, y ​​durante la operación se lograría la simetría de las mamas. Otras situaciones, como tener que realizar una disección axilar debido a la invasión de células cancerosas en los ganglios linfáticos, tampoco fueron necesarias para Ariana. “Contribuyeron varios factores”, comentó la mujer.

Asimismo, durante su tratamiento, Ariana Prado buscó mantener un buen estado de salud, a pesar de los efectos secundarios comunes. Intentó comer bien todo el tiempo y cuando no podía, se obligaba a comer. Ella cuenta el caso de un día en el que era sensible a la luz y tuvo que quedarse en una habitación oscura, sintiéndose enferma. Le preguntó a su madre: “Licua lo que tengas y haz un puré. Aunque me lleve 4 horas, me lo comeré todo”. Aunque comía una cucharada cada 20 minutos, se lo terminó todo. Pensó que si eso la mejoraría, lo haría.

ayuda de amigos

Un punto importante en el viaje de Ariana fue su búsqueda constante de nuevas formas de divertirse, incluso mientras se sometía a quimioterapia y radioterapia. Si bien no podía ir a espacios cerrados, a la playa y hacer varias cosas que le gustaban, buscó nuevas alternativas con sus amigos. Así, logró conseguir planes para abrir una tienda de segunda mano entre amigos y contó con el apoyo incluso de quienes no estaban involucrados en el caso.

Ariana Prado dice que hasta el día de hoy se siente conmovida por la situación, pues se dio cuenta de cómo sus amigos realmente eran amigos de verdad. “Era sábado, domingo, fin de semana, donde podrían haber estado haciendo otras cosas, pero estaban ahí conmigo, en un proyecto que era mío, así que estaría bien”. Además, siguió yendo a bares, cambiando cerveza por agua, manteniendo conversación con sus amigos. Allí nunca se hablaba de la enfermedad, sino de temas banales. De esta manera, el tratamiento pasó sin que ella se diera cuenta.

Regresar al trabajo

Vida transformada después del cáncer

En julio de 2017, Ariana recibió el alta médica de la primera etapa contra el cáncer. En su nueva etapa, se encontró transformada por todo lo que había vivido. Por otro lado, también tenía miedo de no poder volver a trabajar en su área de especialización, Relaciones Públicas. Asimismo, se angustiaba por no saber qué podía o no hacer. Sin embargo, no pasó mucho tiempo para que volviera a recibir buenas noticias y sorpresas en sus días.

Cuenta que aunque pensaba que las empresas no la contratarían por su historial, su exjefe la llamó y le preguntó: “tu tratamiento se acabó. ¿Trabajamos? Regresó desempeñando el mismo papel que antes de su tratamiento, pero su nueva forma de ver la vida la hizo tomar caminos apasionantes. “A partir de entonces sólo sucedieron cosas buenas. Conseguí un buen trabajo, me mudé a una nueva ciudad y rompí con mi novio. Varias transformaciones”.

Fin del tratamiento para una vida transformada después del cáncer

Vida transformada después del cáncer

Otra situación en la vida de Ariana que podría convertirse en un obstáculo también le dio nuevos motivos para creer. Después de la quimioterapia y la radioterapia, los próximos seis años de su vida los pasará tomando medicamentos antes de estar realmente libre de cáncer. Sin embargo, para ella esto no es una aflicción. Vigilada cada 6 meses para detectar nuevos signos de la enfermedad, se siente cada vez más motivada para vivir su vida, transformando la posible inquietud en seguridad.

Para ella, por difícil que sea, el seguimiento lo hace todo más fácil, ya que es posible identificar cualquier cambio y afrontarlo con antelación. También habla de que ya no tiene miedo de que pase nada, aunque no quiere volver a pasar por eso. Cuatro años después, Ariana Prado tiene muchas lecciones que compartir. “Tengan fe en que puede funcionar. Vive cada día y haz todo lo que quieras hacer. ¿Qué estás posponiendo?