Aquí en casa nos gustan las hamburguesas así, muy “ogro”, es decir, muy rústicas. Sazona la carne molida con aroma verde, aceite de oliva, salsa de soja (shoyu), mostaza, ajo exprimido, sal y pimienta. Lo dejé reposar en la nevera unas horas. Otras veces ni siquiera sazona, depende de la carne.
Para freír sin aceite basta con calentar muy bien una sartén antiadherente, hacer un pequeño montoncito (en realidad un montoncito) de carne, presionándola con ambas manos y dejando que se dore. Espera a que se forme un cono en un lado y luego dale la vuelta. En este punto agrego el queso (a veces también hay tomate y pepinillos), tapar y bajar el fuego. Cuando el jugo de carne que se formará en la sartén esté casi seco, agrego un poco de agua para que no quede crudo por el medio y lo mantengo tapado.
Para una hamburguesa más ligera: patito molido. Para una hamburguesa más sabrosa: picanha molida o filet mignon (pide moler un poco de tocino junto con él).
En la foto la hamburguesa SUPER-POWER-BLASTER-GRANDE es de mi marido, la mía es la SUPER-GRANDE de al lado.
Quiero terminar diciendo que hoy intentaré ponerme al día con las visitas. ¡Tuve una migraña como si necesitara quedarme en la oscuridad durante dos días! Hice algunas paradas rápidas aquí pero no pude quedarme mucho tiempo. Afortunadamente pasó (esto lo tengo desde pequeño).
¡Haz clic para votar en esta publicación!