La aterosclerosis es una enfermedad crónica caracterizada por un importante proceso inflamatorio que se produce debido a la acumulación de placas grasas en el interior de los vasos a lo largo de los años, lo que finalmente resulta en el bloqueo del flujo sanguíneo y favorece la aparición de complicaciones, como infarto y accidente cerebrovascular. (AVC).
Las placas grasas pueden acumularse en las arterias que irrigan los riñones y otros órganos vitales, lo que puede perjudicar el funcionamiento de estos órganos. Estas placas están formadas principalmente por colesterol malo, LDL, por lo que es importante mantener unos niveles ideales de colesterol durante toda la vida mediante una dieta equilibrada y baja en grasas y actividad física regular.

Síntomas de la aterosclerosis.
La aterosclerosis es una enfermedad silenciosa en la que la grasa se acumula con el tiempo y, por tanto, los síntomas sólo se notan cuando el flujo sanguíneo está gravemente comprometido. Los síntomas pueden variar dependiendo de la arteria que esté afectada, pero en general pueden aparecer:
- Dolor y/o sensación de presión en el pecho;
- Respiración dificultosa;
- Confusión mental;
- Mareo;
- Debilidad en el brazo o la pierna;
- Pérdida temporal de la visión en un ojo;
- Aumento de la presión arterial;
- Cansancio excesivo;
- Signos y síntomas de insuficiencia renal, como orina espumosa y con olor fuerte, temblores y calambres, por ejemplo;
- Intenso dolor de cabeza.
Estos síntomas normalmente aparecen cuando la arteria ya está total o casi completamente bloqueada, con un cambio en el suministro de oxígeno a los órganos y tejidos del cuerpo. Por ello, en cuanto aparecen síntomas indicativos de aterosclerosis, es importante que la persona acuda al hospital para que se pueda realizar el diagnóstico e iniciar el tratamiento, evitando complicaciones.
Cómo se hace el diagnóstico
El diagnóstico de aterosclerosis debe ser realizado por un cardiólogo inicialmente a través de pruebas de laboratorio que evalúan el perfil lipídico, como colesterol total, HDL y LDL, triglicéridos, PCR y apolipoproteína.
Además, para confirmar el diagnóstico, el médico puede recomendar la realización de otras pruebas como cateterismo, angiografía por tomografía cardíaca, prueba de esfuerzo, electrocardiograma, ecocardiograma y gammagrafía miocárdica, que pueden identificar la presencia de enfermedad arterial coronaria, que tiene como una de las causas. aterosclerosis.

Causas principales
La aterosclerosis puede ocurrir como consecuencia de diferentes situaciones, pudiendo ser genética, por el estilo de vida o como consecuencia del envejecimiento. Las principales causas de la aterosclerosis son:
1. Alimentación poco saludable
El consumo frecuente de alimentos ricos en grasas como pasteles, galletas, alimentos industrializados o procesados, por ejemplo, aumenta los niveles de colesterol malo en sangre, que puede acumularse en las paredes arteriales provocando aterosclerosis. El depósito de grasa dentro de las arterias, con el tiempo, puede reducir o bloquear completamente el paso de la sangre, lo que puede provocar un derrame cerebral o un ataque cardíaco.
2. Cigarrillos y alcohol
Fumar puede dañar las paredes de las arterias, haciéndolas más estrechas y menos elásticas. Además, fumar también disminuye la capacidad de la sangre para transportar oxígeno al cuerpo, lo que aumenta las posibilidades de que se forme un coágulo.
El consumo excesivo de alcohol puede provocar hipertensión y aumento de los niveles de colesterol en sangre, aumentando el riesgo de desarrollar aterosclerosis.
3. Presión arterial alta y diabetes
La presión arterial alta también es una de las causas de la aterosclerosis, porque cuando la presión es alta, las arterias tienen que hacer un mayor esfuerzo para bombear sangre, lo que hace que las paredes de las arterias comiencen a dañarse. La diabetes también puede promover la aterosclerosis debido al exceso de azúcar en la sangre, que puede dañar las arterias.
4. Obesidad y sedentarismo
El sobrepeso o la obesidad ponen a una persona en mayor riesgo de desarrollar aterosclerosis, porque el riesgo de desarrollar presión arterial alta, diabetes o colesterol alto es mayor. Además, el sedentarismo también contribuye a la aparición de aterosclerosis porque la grasa se deposita más fácilmente en el interior de las arterias.
5. Herencia
Si hay antecedentes familiares de aterosclerosis, existe un mayor riesgo de desarrollar aterosclerosis, incluso si la persona tiene hábitos de vida saludables. La aterosclerosis es más común en personas mayores, especialmente en varones, y puede afectar a cualquier vaso sanguíneo, siendo las arterias coronarias, la aorta, las arterias cerebrales y las arterias de brazos y piernas las más afectadas.

Tratamiento para la aterosclerosis
El tratamiento de la aterosclerosis tiene como objetivo principal el restablecimiento del flujo sanguíneo, lo que se puede lograr mediante la eliminación de las placas grasas de las arterias mediante cirugía, angioplastia y/o el uso de medicamentos que deben usarse según las indicaciones del cardiólogo.
Los medicamentos que pueda recomendarle su médico son capaces de mejorar el flujo sanguíneo y, en consecuencia, el oxígeno al corazón, regular los latidos del corazón y reducir el colesterol. Es importante que el tratamiento de la aterosclerosis se realice según las indicaciones del médico para evitar la aparición de complicaciones, como infarto, accidente cerebrovascular e insuficiencia renal, por ejemplo. Vea más sobre el tratamiento para la aterosclerosis.
Independientemente del tratamiento recomendado por el médico, es importante cambiar los hábitos de vida, especialmente los relacionados con la actividad física y la dieta, para reducir la cantidad de colesterol malo circulante y el riesgo de desarrollar aterosclerosis, y es importante evitar los alimentos grasos como tanto como sea posible.