quién lo hace, cómo se hace, recuperación y riesgos

Catarata

La cirugía de cataratas es un procedimiento en el que se retira el cristalino, una estructura transparente que funciona como una lente, que tiene una mancha opaca, y luego se reemplaza por un lente sintético transparente, que permite restaurar la visión.

Esta cirugía se puede realizar mediante dos técnicas quirúrgicas principales: facoemulsificación, conocida popularmente como FACO, o extracción extracapsular del cristalino, o EECP.

Cualquier mancha que aparece en el cristalino se llama catarata, pero la catarata más común es la llamada catarata senil, que es consecuencia del envejecimiento natural del cristalino. Otras causas de cataratas son factores genéticos, congénitos y metabólicos, como la diabetes, y pueden ocurrir tras accidentes en la cabeza o golpes fuertes en el ojo. Entender mejor qué son las cataratas, sus causas y cómo identificarlas.

¿Quién realiza la cirugía de cataratas?

El profesional recomendado para realizar la cirugía de cataratas es el oftalmólogo, quien es el médico encargado de evaluar y orientar el tratamiento de las enfermedades que afectan a los ojos. Vea cuándo se recomienda acudir al oftalmólogo.

¿Cómo se hace la cirugía?

La cirugía de cataratas se puede realizar mediante:

  • Facoemulsificación (FACO): En este procedimiento se utiliza anestesia local, con colirios anestésicos, donde la persona no siente dolor durante la cirugía. En este procedimiento se aspira y extrae el cristalino, que presenta una mancha opaca, para luego ser reemplazado por un lente intraocular plegable transparente, sin necesidad de suturas, lo que permite la recuperación inmediata de la visión;
  • Extracción de lente extracapsular (EECP): A pesar de ser menos utilizada, esta técnica consiste en retirar todo el cristalino manualmente, eliminando así la mancha provocada por la catarata, y sustituirlo por una lente intraocular transparente rígida o plegable. Este procedimiento generalmente requiere puntos de sutura en la córnea para cerrar la incisión y el proceso de recuperación lleva más tiempo que la facoemulsificación (FACO).

La cirugía de cataratas es un procedimiento que puede durar entre 20 minutos y 2 horas, dependiendo de la técnica que elija utilizar el oftalmólogo.

Normalmente la recuperación de la cirugía dura alrededor de 1 a 7 días, especialmente cuando se utiliza la técnica FACO o láser. Pero con la técnica EECP, la recuperación puede tardar de 1 a 3 meses.

¿Cómo es la recuperación?

Durante la recuperación, la persona puede sentir sensibilidad a la luz en los primeros días, así como una ligera molestia, como si tuviera una mota en el ojo. Sin embargo, estos signos siempre se deben informar al oftalmólogo durante las consultas de rutina.

En la primera semana después de la cirugía, el oftalmólogo puede recetar colirios y, en algunos casos, antibióticos, siendo muy importante utilizar siempre estos medicamentos en el horario correcto, además de evitar el consumo de alcohol y drogas durante este período.

Cuidados durante la recuperación

Otros cuidados importantes durante la recuperación incluyen:

  • Descanse el primer día después de la cirugía;
  • Evitar nadar en el mar, piscina, río, lago o laguna durante 30 días;
  • Evite actividades de visión de cerca durante mucho tiempo el primer día, como usar un teléfono celular o una computadora;
  • Evite deportes, actividades de riesgo y levantamiento de pesas en las primeras 2 semanas;
  • Evite usar maquillaje en el primer mes;
  • No duerma del lado del ojo operado durante la primera semana;
  • Protege tus ojos al dormir durante la primera semana, utilizando un protector acrílico.

Se sigue recomendando utilizar gafas de sol siempre que se salga, al menos durante los primeros días.

Posibles riesgos de la cirugía.

Los riesgos involucrados en la cirugía de cataratas son infección e inflamación, así como ceguera, que, aunque poco común, puede ocurrir incluso cuando se siguen las pautas médicas. La infección más grave tras la cirugía de cataratas se llama endoftalmitis y generalmente ocurre en 1 a 3 personas de cada 10.000 pacientes operados. Incluso con endoftalmitis, si la afección se diagnostica a tiempo, las posibilidades de mantener la visión son grandes.

En los casos de cataratas congénitas los riesgos son mayores, ya que el proceso de curación del niño es diferente al de los adultos, además de que los tejidos del ojo son más pequeños y frágiles, lo que es un factor que dificulta la cirugía. Por tanto, el seguimiento tras la cirugía es fundamental para estimular mejor la visión del niño y corregir, cuando sea necesario, la graduación de las gafas.