que puede ser y que hacer

Síntomas

Los sudores nocturnos suelen producirse debido a la ansiedad, el estrés, los ambientes calurosos o el consumo de alimentos termogénicos, pero también pueden indicar menopausia, diabetes, hipertiroidismo o infecciones.

Dependiendo de la causa de los sudores nocturnos, también pueden presentarse otros síntomas como pérdida de peso, temblores en partes del cuerpo, fiebre, irritabilidad, ciclo menstrual irregular y diarrea.

En caso de sudores nocturnos, especialmente si hay otros síntomas, es importante consultar a su médico de cabecera. El tratamiento puede implicar el uso de medicamentos antidepresivos, reemplazo hormonal, control de la diabetes y, en ocasiones, cirugía para dejar de sudar. Vea cómo se realiza la cirugía para dejar de sudar.

Causas principales

Las principales causas de los sudores nocturnos incluyen:

1. Ansiedad o estrés

La ansiedad o el estrés son condiciones en las que una persona presenta frecuentemente preocupación y miedo intensos, excesivos o persistentes en relación a situaciones cotidianas, provocados por la activación del sistema nervioso que libera la hormona adrenalina al torrente sanguíneo. Cuando esto sucede durante la noche, la persona puede despertarse con sudores nocturnos, asociados a otros síntomas como taquicardia y sensación de que algo malo puede pasar.

Qué hacer: Es importante identificar la causa de la ansiedad o el estrés y realizar un seguimiento con un psicólogo, quien también puede recomendar una consulta con un psiquiatra para evaluar la necesidad de medicación. Además, se deben tomar medidas diarias para reducir la ansiedad o el estrés, como practicar actividad física, respirar lentamente durante la crisis o beber un té calmante antes de dormir. Consulta las opciones de tés calmantes para la ansiedad y el estrés.

2. Menopausia o síndrome premenstrual

Las fluctuaciones de las hormonas estrógenos y progesterona que se producen en las mujeres durante la menopausia o los periodos premenstruales, por ejemplo, también son capaces de aumentar la temperatura corporal y provocar episodios de sofocos y sudoración, que pueden ser nocturnos, ser benignos y tienden a pasar de largo. tiempo.

Los hombres tampoco están libres de estos síntomas, ya que alrededor del 20% de las personas mayores de 50 años pueden experimentar andropausia, también conocida como menopausia masculina, que consiste en una bajada de los niveles de testosterona, lo que provoca sudores nocturnos, además de calor. irritabilidad, insomnio y disminución de la libido. Quienes se someten a un tratamiento de tumores de próstata con medicamentos para reducir la testosterona también pueden experimentar estos síntomas.

Qué hacer: Si los sudores nocturnos son repetitivos o muy intensos, las mujeres deben hablar con su ginecólogo o endocrinólogo para investigar más a fondo el síntoma y buscar tratamiento, como una terapia de reemplazo hormonal. Descubra cómo tomar la terapia de reemplazo hormonal y las opciones naturales.

En el caso de los hombres se debe consultar a un urólogo quien deberá asesorar sobre el tratamiento que se puede realizar con reposición hormonal de testosterona. Sin embargo, este tratamiento no se recomienda para hombres con cáncer de próstata.

3.Diabetes

No es raro que las personas con diabetes que toman insulina experimenten episodios de hipoglucemia durante la noche o temprano en la mañana. Cuando esto sucede, es posible que la persona no experimente ningún síntoma más que sudores nocturnos.

La hipoglucemia provoca sudoración ya que activa los mecanismos del cuerpo para compensar la falta de glucosa, provocando sudoración, palidez, mareos, palpitaciones y náuseas.

Qué hacer: Se pueden tomar algunas medidas en casa para evitar ataques de hipoglucemia durante el sueño, como no saltarse nunca la cena y evitar beber bebidas alcohólicas por la noche. Otra medida importante es controlar los niveles de glucosa en sangre antes de acostarse y, si están demasiado bajos, conviene corregirlos con un snack saludable. Además, es importante hablar con su médico para evaluar la posibilidad de ajustar la dosis o tipo de medicamento para la diabetes. Vea todas las opciones de tratamiento para la diabetes.

4. Apnea del sueño

La apnea del sueño puede provocar una bajada de la oxigenación de la sangre durante la noche, provocando una activación del sistema nervioso, lo que puede provocar sudores nocturnos, además de que la persona tiene mayores posibilidades de desarrollar hipertensión arterial, arritmias cardíacas y enfermedades cardiovasculares.

Esta enfermedad es un trastorno que provoca una parada momentánea de la respiración o una respiración muy superficial durante el sueño, provocando ronquidos y un descanso poco relajante, lo que provoca síntomas de somnolencia durante el día, dificultad para concentrarse, dolor de cabeza e irritabilidad, por ejemplo. ejemplo.

Qué hacer: La apnea del sueño debe ser tratada por un neumólogo, quien puede recomendar un dispositivo llamado CPAP o, en algunos casos, cirugía. Obtenga más información sobre el tratamiento de la apnea del sueño.

5. Ambientes calurosos

Cuando la temperatura corporal aumenta, la sudoración aparece como la forma que tiene el cuerpo de intentar enfriar el cuerpo y evitar que se sobrecaliente. En ambientes muy calurosos o estaciones donde las temperaturas son elevadas, es común que aumente la producción de sudor, lo que puede ocurrir en cualquier momento del día, pero también puede provocar sudores nocturnos.

Qué hacer: Debes ventilar la habitación o, si tienes, utilizar un ventilador o aire acondicionado, encendiéndolo unos minutos antes de irte a dormir.

6. Consumo de alimentos termogénicos

El consumo de alimentos termogénicos como la pimienta, el jengibre, el alcohol o la cafeína estimula el cerebro en la región que regula la temperatura corporal y acelera el metabolismo, haciendo que el cuerpo genere más calor, lo que aumenta la producción de sudor y, por tanto, puede provocar sudores nocturnos si se consumen. cerca de la hora de acostarse. Consulta la lista completa de alimentos termogénicos.

Qué hacer: Evite consumir alimentos termogénicos por la noche, dando preferencia a consumir estos alimentos durante el día, para reducir la producción de sudor nocturno.

7. Hipertiroidismo

El hipertiroidismo es una enfermedad en la que hay una desregulación de la glándula tiroides que produce cantidades excesivas de la hormona tiroxina, lo que lleva a un aumento en el metabolismo del cuerpo, lo que aumenta la producción de sudor, que puede ser nocturno, siendo un síntoma común de esta enfermedad. .

Qué hacer: Debe consultar a un médico para que le realice análisis de sangre para controlar las hormonas tiroideas. Si se confirma el hipertiroidismo, es importante iniciar el tratamiento más adecuado, que suele realizarse con medicación o cirugía. Descubra cómo se trata el hipertiroidismo.

8. Infecciones

Algunas infecciones, que pueden ser agudas o crónicas, pueden provocar sudoración, preferiblemente nocturna. Algunos de los más comunes incluyen:

  • Tuberculosis;
  • VIH;
  • histoplasmosis;
  • Coccidioidomicosis;
  • Endocarditis;
  • Absceso pulmonar.

Generalmente, además de los sudores nocturnos, estas infecciones también pueden provocar síntomas como fiebre, pérdida de peso, debilidad, glándulas inflamadas o escalofríos, que son contracciones y relajaciones rápidas e involuntarias en partes del cuerpo. Conozca otras causas de los escalofríos.

Qué hacer: Es muy importante que exista una evaluación médica lo más pronto posible, y se oriente el tratamiento según el tipo de infección, pudiendo requerir el uso de antibióticos, antifúngicos o antirretrovirales.

9. Uso de algunos medicamentos

Algunos medicamentos pueden tener como efecto secundario la presencia de sudores nocturnos, y algunos ejemplos son los antipiréticos, como el paracetamol, algunos antihipertensivos y algunos antipsicóticos.

Qué hacer: No se debe suspender el uso de medicamentos, pero sí se debe hablar con su médico para saber si se puede cambiar la dosis o si existe otro medicamento que se puede utilizar.

10. Cáncer

Algunos tipos de cáncer, como el linfoma o la leucemia, pueden presentar sudores nocturnos como síntoma frecuente, además de pérdida de peso, agrandamiento de los ganglios linfáticos en todo el cuerpo, sangrado y disminución de la inmunidad. La sudoración también puede ocurrir en tumores neuroendocrinos, como el feocromocitoma o el tumor carcinoide, que estimulan la liberación de hormonas que activan la respuesta neurológica, provocando ataques de palpitaciones, sudoración, enrojecimiento facial y presión arterial alta, por ejemplo.

Qué hacer: Se debe consultar a un oncólogo o endocrinólogo, quien podrá recomendar tratamientos que incluyan cirugía, quimioterapia o radioterapia, por ejemplo, según el tipo de tumor y la gravedad de la afección.

cuando preocuparse

Los sudores nocturnos generalmente no son motivo de preocupación, pero en algunos casos pueden ser un signo de una afección que requiere tratamiento y se debe buscar ayuda médica si:

  • Sudores nocturnos frecuentes o excesivos;
  • Experimentar dejar de respirar o asfixiarse durante el sueño;
  • Presencia de fiebre o escalofríos;
  • Presencia de tos;
  • Pérdida de peso inexplicable.

Además, en personas con linfoma o VIH, los sudores nocturnos pueden ser una señal de que la enfermedad está progresando, y es importante notificarlo a su médico y tener un seguimiento regular.