qué es, síntomas, causas y tratamiento

Absceso Síntomas

Un absceso pulmonar es una cavidad que contiene pus en su interior, provocada por la necrosis del tejido pulmonar, debido a una infección microbiana.

Generalmente, el absceso se forma entre 1 y 2 semanas después de la contaminación por el microorganismo, lo que, en la mayoría de los casos, se produce por una complicación de la neumonía provocada por la aspiración del contenido de la boca o del estómago, ya que contienen bacterias más propensas a desarrollarlo. tipo. de lesión. Comprender cómo surge la neumonía por aspiración.

El diagnóstico lo realiza el médico mediante evaluación del cuadro clínico, radiografía pulmonar y análisis de sangre. Entonces, es fundamental iniciar un tratamiento con antibióticos que ayuden a combatir los microorganismos causantes, asociado a soporte nutricional y fisioterapia. En casos más graves, puede ser necesario el drenaje pulmonar.

Síntomas de absceso pulmonar

Los principales síntomas del absceso pulmonar incluyen:

  • Fiebre;
  • Dificultad para respirar y cansancio;
  • Tos con secreción mucopurulenta, que puede contener olor desagradable y vetas de sangre;
  • Dolor en el pecho que empeora con la respiración;
  • Pérdida de apetito;
  • Pérdida de peso;
  • Sudores nocturnos y escalofríos.

El empeoramiento del cuadro clínico puede tardar de días a semanas, dependiendo de la bacteria que provocó la infección, las condiciones de salud y las defensas del organismo del afectado. Generalmente solo se forma un absceso, que mide más de 2 cm de diámetro, sin embargo, en algunos casos pueden aparecer múltiples abscesos durante la infección.

Cuando aparecen signos y síntomas que puedan indicar este tipo de infección pulmonar, es necesario consultar a un neumólogo lo antes posible, o acudir a urgencias, para que se identifique la causa y se inicie de inmediato el tratamiento adecuado.

¿Cómo es el diagnóstico?

El diagnóstico de absceso pulmonar lo realiza el médico, mediante el análisis de los síntomas, el examen físico, además de pruebas como la radiografía de tórax, que demuestra la presencia de infiltrados de secreción en el pulmón y la zona de cavitación, generalmente redondeada, llena. con pus y aire.

Los análisis de sangre, como un hemograma, pueden ayudar a demostrar la presencia de una infección y evaluar su gravedad. La tomografía computarizada de tórax puede ayudar a definir mejor la ubicación del absceso y observar otras complicaciones como un infarto pulmonar o acumulación de pus en el líquido pleural.

La identificación del microorganismo puede ser necesaria en algunos casos, especialmente para guiar el tratamiento, y para ello se puede realizar un cultivo de esputo pulmonar, o recolectar material de la infección mediante aspirado traqueal o toracocentesis, por ejemplo, o incluso mediante hemocultivo. . . Vea cómo se realiza el examen para identificar el mejor antibiótico para tratar la infección.

¿Qué causa el absceso pulmonar?

El absceso pulmonar se produce cuando microorganismos, generalmente bacterias, se depositan en el pulmón y provocan necrosis de su tejido. La penetración de microorganismos puede ocurrir a través de los siguientes mecanismos:

  • Aspiración de material infeccioso (causa más común): más común en casos de alcoholismo, consumo de drogas, coma o anestesia, en los que la pérdida del conocimiento facilita la aspiración del contenido de la boca o del estómago, así como en casos de sinusitis, infecciones en las encías, las caries o incluso cuando no se puede toser eficazmente;
  • Infección pulmonar;
  • Cáncer;
  • Penetraciones traumáticas directas en los pulmones;
  • Propagación de infecciones de un órgano vecino;
  • Embolia o infarto pulmonar.

Cuando el absceso pulmonar surge de una infección directa del pulmón, se caracteriza como primario. En los casos en que surge debido a complicaciones de cambios pulmonares, como la propagación de una infección desde otros órganos o una embolia pulmonar, se llama secundario.

Algunos de los microorganismos más comunes que causan absceso pulmonar son Staphylococcus aureus, Klebsiella pneumoniae, Pseudomonas aeruginosa o Streptococcus pyogenes, o bacterias anaeróbicas, como Peptostreptococo, Prevotella o Bacteroides sp., Por ejemplo. Los abscesos causados ​​por hongos o micobacterias son más raros y aparecen con mayor frecuencia en personas con inmunidad muy debilitada.

Cómo se realiza el tratamiento.

El tratamiento del absceso pulmonar implica el uso de antibióticos como clindamicina, moxifloxacino o ampicilina/sulbactam, por ejemplo, durante un promedio de 4 a 6 semanas, dependiendo del microorganismo causante y las condiciones clínicas del paciente.

Durante la fase aguda también está indicado soporte nutricional y fisioterapia respiratoria. Si el tratamiento inicial no es efectivo, se debe realizar una cirugía para drenar el absceso y, como último recurso, extirpar la parte del pulmón necrótico.

Fisioterapia para el absceso pulmonar

La fisioterapia es importante para ayudar a la recuperación y se realiza a través de:

  • Drenaje postural: luego de localizar el absceso pulmonar, se posiciona al individuo hacia el bronquio fuente para la posterior eliminación de las secreciones mediante la tos;
  • Kinesioterapia respiratoria: los ejercicios respiratorios tienen como objetivo aumentar la expansibilidad del tórax y normalizar los volúmenes pulmonares;
  • Espirometría de incentivo: se le indica a la persona que inhale profundamente (incorpore aire a los pulmones) y lo contenga durante unos segundos. Se puede realizar mediante dispositivos como Respiron;
  • Aspiración de secreciones si la persona no puede toser.

La fisioterapia para el absceso pulmonar es más eficaz en personas colaboradoras que responden a solicitudes de ejercicios de tos y respiración. Descubre más sobre cómo se realiza la fisioterapia respiratoria y para qué sirve.