Fractura de fémur: síntomas, tratamiento y recuperación.

Primeros auxilios

Una fractura de fémur ocurre cuando se produce una fractura en el hueso del muslo, que es el hueso más largo y fuerte del cuerpo humano. Por este motivo, se requiere mucha presión y fuerza para que se produzca una fractura en este hueso, lo que generalmente ocurre durante un accidente de tráfico a alta velocidad o una caída desde gran altura, por ejemplo.

La parte del hueso que se rompe con mayor facilidad es la región central, conocida como cuerpo del fémur, sin embargo, en las personas mayores, que tienen huesos más débiles, este tipo de fractura también puede ocurrir en la cabeza del fémur, que es la región que se rompe. se articula con la cadera.

La mayoría de las veces, una fractura de cadera necesita ser tratada con cirugía, reposicionando el hueso e incluso colocando piezas de metal para ayudar a mantener el hueso en el lugar correcto mientras sana. Por lo tanto, es posible que la persona deba permanecer en el hospital durante unos días.

Posibles síntomas de fractura

Los principales síntomas de una fractura de fémur son:

  • Dificultad para mover la pierna;
  • Deformidad del sitio;
  • Dolor más intenso al poner peso en la pierna;
  • Hinchazón de la pierna o presencia de hematomas.

Además, es posible que aparezcan cambios en la sensibilidad de la pierna, pudiendo incluso aparecer sensaciones de hormigueo o ardor.

Cómo se hace el diagnóstico

El diagnóstico de una fractura de fémur debe ser realizado por un ortopedista observando los signos y síntomas que presenta la persona, evaluando la región y pruebas de imagen, como radiografías o tomografía computarizada.

Consulta al ortopedista más cercano para diagnosticar la fractura e iniciar el tratamiento más adecuado:

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Causas principales

Las fracturas de fémur pueden ser consecuencia de la osteoporosis, debido a la mayor fragilidad de los huesos, y son más frecuentes en mujeres y personas mayores. Además, este tipo de fracturas pueden producirse por caídas desde gran altura o accidentes graves.

Tipos de fractura de fémur

Dependiendo de la ubicación del hueso donde se produjo la fractura, las fracturas de fémur se pueden dividir en dos tipos principales:

  • Fractura del cuello femoral: aparece en la región que conecta con la cadera y es más común en personas mayores debido a la presencia de osteoporosis. Dado que ocurre por debilitamiento del hueso, puede ocurrir por un simple giro de la pierna al caminar, por ejemplo;
  • Fractura del cuerpo femoral: ocurre en la región central del hueso y es más común en personas jóvenes debido a accidentes de tránsito o caídas desde gran altura.

Además de esta clasificación, las fracturas también se pueden clasificar en estables o desplazadas, dependiendo de si el hueso mantiene la alineación correcta o se desalinea. También pueden denominarse transversales u oblicuas, dependiendo de si la fractura se produce en línea horizontal a lo largo del hueso o si aparece en línea diagonal, por ejemplo.

En el caso de las fracturas del cuerpo femoral, también es común que se divida en fracturas proximales, mediales o distales, dependiendo de si la fractura se produce más cerca de la cadera, en la mitad del hueso o en la región cercana a la cadera. la rodilla.

Cómo se realiza el tratamiento.

En casi todos los casos de fractura de fémur, la cirugía es necesaria dentro de las 48 horas siguientes para corregir la rotura y permitir que se produzca la curación. Sin embargo, el tipo de cirugía puede variar según el tipo y la gravedad de la fractura:

1. Fijación externa

En este tipo de cirugía, el médico coloca tornillos a través de la piel en lugares por encima y por debajo de la fractura, fijando la alineación correcta del hueso, para que la fractura pueda comenzar a sanar correctamente.

La mayoría de las veces, este es un procedimiento temporal, que se mantiene hasta que la persona pueda someterse a una cirugía de reparación más extensa, pero también puede usarse como una forma de tratamiento para fracturas más simples, por ejemplo.

2. Prisa intramedular

Esta es una de las técnicas más utilizadas para tratar fracturas en la región del cuerpo del fémur e implica colocar una varilla de metal especial dentro del hueso. Normalmente, la varilla se retira una vez completada la curación, lo que puede tardar hasta 1 año en ocurrir.

3. Fijación interna

La fijación interna suele realizarse en fracturas más complicadas o con múltiples roturas en las que no es posible utilizar un clavo intramedular. En este método, el cirujano aplica tornillos y placas de metal directamente al hueso para mantenerlo estabilizado y alineado, permitiendo la curación.

Estos tornillos se pueden quitar una vez que se completa la curación, pero a medida que se requiere una nueva cirugía, a menudo se dejan colocados de por vida, especialmente si no causan dolor ni limitan el movimiento.

4. Artroplastia

Se trata de un tipo de cirugía menos utilizada y que normalmente se reserva para situaciones de fracturas cercanas a la cadera que tardan mucho en sanar o son muy complicadas. En estos casos, su médico puede sugerirle una artroplastia, en la que se extirpa completamente la articulación de la cadera y se reemplaza con una prótesis artificial.

Vea más sobre este tipo de cirugía, cómo es la recuperación y cuándo se realiza.

¿Cómo es la recuperación de la cirugía?

El tiempo de recuperación puede variar mucho dependiendo del tipo de cirugía realizada, sin embargo, es común que la persona permanezca hospitalizada entre 3 días y 1 semana antes de recibir el alta y regresar a su casa. Además, como muchas fracturas se producen por accidentes, también puede llevar más tiempo tratar otros problemas como hemorragias o heridas, por ejemplo.

La curación de una fractura suele tardar entre 3 y 9 meses, tiempo durante el cual se recomienda evitar actividades que pongan mucho peso sobre la pierna afectada.

Aunque no se puede realizar ejercicio físico intenso, es muy importante mantener el movimiento de la extremidad, no sólo para mejorar la circulación sanguínea, sino también para prevenir la pérdida de masa muscular y de movimiento articular. Por ello, el médico suele recomendar fisioterapia.