Fisioterapia para la hernia de disco.

Fisioterapia para la hernia de disco.

Enfermedades

La fisioterapia es excelente para tratar las hernias discales y se puede realizar con ejercicios de estiramiento y fortalecimiento, equipos electrónicos y el uso de una compresa caliente. Otras técnicas que pueden resultar útiles son Pilates, hidroterapia, RPG y tracción espinal, por ejemplo.

Las sesiones se pueden realizar diariamente, con los fines de semana libres, cuando la persona siente mucho dolor, pero se pueden realizar sólo 1 o 2 veces por semana cuando el dolor sólo aparece en determinadas situaciones, como al bajar o levantar una pesa. desde el suelo, por ejemplo.

Beneficios de la fisioterapia para la hernia de disco

El tratamiento de fisioterapia para la hernia discal tiene los siguientes beneficios:

  • Alivio del dolor de espalda y del dolor que se irradia a brazos o piernas, por ejemplo;
  • Mayor rango de movimientos;
  • Mayor resistencia física;
  • Evite la cirugía de columna;
  • Reducir los medicamentos para el control del dolor.

Una hernia de disco ocurre cuando el disco que se encuentra entre las vértebras de la columna se daña y puede provocar la compresión de la raíz de un nervio, por ejemplo. Generalmente antes de descubrir la hernia, aproximadamente 10 años antes había algún dolor en la columna. Las regiones más afectadas de la columna son la cervical y la lumbar.

6 formas de tratar una hernia de disco

Dentro de la fisioterapia se pueden utilizar diferentes recursos para combatir el dolor y recuperar el equilibrio y el bienestar de la persona que tiene una hernia discal. Algunas posibilidades de tratamiento para personas con dolor intenso son:

1. Uso de equipos electrónicos

Dispositivos como el ultrasonido, la corriente galvánica, el TENS y el láser se pueden utilizar como antiinflamatorios que ayudan a aliviar los síntomas, reduciendo el dolor y las molestias en la columna. Deben aplicarse según las necesidades de la persona, y su tiempo de operación varía entre 8 y 25 minutos, para cada zona de tratamiento.

2. Calor

Es otra forma de aliviar el dolor de espalda y preparar el cuerpo para un masaje, porque aumenta la circulación sanguínea y la llegada de más nutrientes a los tejidos. El calor se puede utilizar con bolsas o toallas calentadas o con luz infrarroja, por ejemplo, durante unos 20 minutos.

3. Estiramientos para hernia de disco

Los ejercicios de estiramiento se recomiendan desde el inicio de las sesiones de fisioterapia y son importantes para aumentar la flexibilidad, normalizar el tono muscular y reorganizar las fibras musculares, además son excelentes para mejorar la postura corporal en el día a día.

4. Ejercicios para la hernia de disco

Están indicados cuando la persona no experimenta dolores agudos y ayudan a fortalecer grupos musculares débiles o desequilibrados. Existen varios tipos de ejercicios que se pueden utilizar, como la Reeducación Postural Global, el Pilates Clínico y la Hidroterapia, por ejemplo, estos 2 últimos también se pueden utilizar como actividad física.

Los ejercicios RPG son monótonos, pero son de gran ayuda, siendo una de las mejores opciones para no tener que pasar por el quirófano de una hernia discal. Los ejercicios de Pilates son especialmente recomendables porque fortalecen los músculos pequeños, pero muy importante, mantienen la espalda recta y la fuerza del abdomen, que también protege la columna. La hidroterapia se realiza en la piscina, guiada por un fisioterapeuta y consiste en ejercicios que implican correr en el agua e incluso nadar.

En este vídeo recomiendo algunos ejercicios para el dolor de ciática, que se recomiendan en caso de hernia de disco:

5. Tracción cervical o lumbar

Este es un tipo de tratamiento que se puede realizar de forma manual, donde el fisioterapeuta sujeta firmemente el cuello de la persona, que se encuentra recostada en una camilla, manteniendo toda la columna alineada y tira de la cabeza verticalmente, para promover una liberación de tensión entre las vértebras, permitiendo mayor hidratación del disco vertebral y en ocasiones su retorno a su ubicación original. La tracción espinal también se puede realizar utilizando un equipo específico que actúa de la misma manera, tirando del cuello en una dirección y de la zona lumbar en la dirección opuesta, manteniendo la tracción durante 20 a 30 segundos, durante unas 5 a 10 repeticiones, por ejemplo.

6. Técnicas de manipulación

Las técnicas de manipulación se pueden realizar sobre la columna y sirven para reducir la presión sobre la columna, realinear todas las estructuras corporales y muchas veces provocan una sensación de mayor ligereza y facilidad de movimiento. Esta técnica es especialmente recomendable cuando la persona tiene dificultades para realizar determinados movimientos porque se siente «atascada».

Cada sesión de fisioterapia debe ser individualizada y tiene una duración aproximada de 1 hora, pero además también se deben realizar ciertos ejercicios en casa, cuando lo indique el fisioterapeuta.

Vea otras opciones de tratamiento para hernias de disco.

Cuidado del día a día

Una persona que tiene una hernia cervical o lumbar necesita algunos cuidados que pueden ayudar a aliviar el dolor, como por ejemplo:

  • Evite sentarse o acostarse por más de 2 horas, siempre que no sea durante el sueño;
  • Dormir en la posición correcta de la columna;
  • Cuando te agaches para recoger algo del suelo, siempre dobla las piernas en lugar de inclinar el cuerpo hacia adelante;
  • Prefieren seguir moviéndose para reducir la rigidez de la columna, como caminar o andar en bicicleta, por ejemplo;
  • Elige un colchón firme que apoye tu columna, evita también sentarte en sofás y sillas muy suaves y bajos;
  • Los alimentos antiinflamatorios, como el jengibre y el salmón, son los más recomendados siempre que se esté sufriendo una crisis de espalda.

Mira estos y otros consejos en el siguiente vídeo:

Ejercicios como saltar la cuerda o las clases de salto en el gimnasio no son los más recomendados porque pueden provocar la compresión del disco, iniciando una nueva situación de dolor. Los ejercicios en el agua, como los aeróbicos acuáticos, son más recomendables porque en el agua el cuerpo se vuelve más ligero, no teniendo tanto impacto en las articulaciones y la columna.