¿Es peligroso guardar limones abiertos en el frigorífico? ¿Es malo?

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¿Sabías que existe una forma correcta de conservar los limones en el frigorífico? Aquí te dejamos algunos trucos que te ayudarán cuando te quede la mitad.

Queda medio limón, ¿y ahora qué? Seguramente tu primera acción será meterlo en el frigorífico. De hecho, la mayoría de la gente guarda la fruta en el frigorífico, preferiblemente cortada en el frigorífico. ¿Pero sabías que existe una forma correcta de hacer esto?

Por supuesto, el limón es versátil y muy utilizado en la cocina brasileña. Esto se debe a que la fruta se utiliza para condimentar, limpiar utensilios y recetas como mousse, tartas y pasteles. Es más, los limones siempre están en el carrito de la compra, por lo que el desperdicio también se ha vuelto muy común.

De esta manera aprenderemos un poco más sobre cómo guardar los limones en el frigorífico, sus cuidados y la forma correcta de conservarlos. Esto se debe a que también es necesario comprender el momento de consumo y cómo reacciona una fruta a los procesos por los que pasa desde su recolección.

Limón en la nevera

Básicamente, los alimentos tienen energía almacenada, proveniente del sol, la tierra o el cosmos. Sin embargo, el reino vegetal acumula estas energías estando expuesto a ellas, a diferencia del reino animal, que las elimina.

Así, cuando un fruto pasa por la recolección, comienza a perder sus propiedades energéticas, ya que estas composiciones varían dependiendo del almacenamiento, el clima y otras condiciones en general. En este sentido, tras ser cortados, manipulados o preparados para el consumo, estos alimentos pierden su vitalidad muy rápidamente, quizás en horas, minutos o incluso segundos.

Por este motivo, es muy importante consumirlos dentro de las seis horas posteriores a su corte. Por lo tanto, solo corta la fruta cuando sepas qué vas a hacer con ella y cuánta cantidad necesitarás.

¿Cómo almacenar y conservar?

Cuando guardamos medio limón, sandía o naranja en el frigorífico, ese alimento se marchita, se reblandece, cambia de color y pierde calidad, hasta estropearse definitivamente.

La idea es consumirlo nada más cortarlo. Pero si te sobra, puedes coger la mitad del limón y colocarlo en un platillo, cacerola pequeña de porcelana o en el fondo de un vaso. Por lo tanto, es necesario colocar el limón boca abajo para evitar la luz y el oxígeno.

Por último, añadir agua solarizada hasta cubrir la superficie cortada. Esto actuará como aislante para evitar que los alimentos se oxiden. Por supuesto, esta técnica no es al 100%, pero ayuda a reducir la pérdida de energía. Por último, colócalo en el frigorífico en la parte más cercana al hielo, no exactamente en el congelador.

Otra opción son las bolsas herméticas, aquellas que tienen un broche para cerrar, más conocido como zip lock. Guardar los limones en estas bolsas ayuda a su conservación en el frigorífico, duran más y son capaces de retener el jugo de la fruta. Estos se venden en supermercados o tiendas de paquetería.

Sobre todo recuerda consumir el limón guardado en el frigorífico lo más rápido posible, úsalo en la primera oportunidad que tengas. Dale preferencia a las frutas más viejas, quizás una buena alternativa sea hacer nuevas recetas con limón, de esta manera evitas el desperdicio y aún así complaces el paladar de tu familia.

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Fuentes: Vix, Isabela, Doce Limão y Tudo Gostoso