La dieta para la cirrosis debe garantizar todos los nutrientes necesarios para prevenir deficiencias nutricionales, y debe incluir todo tipo de frutas, verduras, legumbres, cereales integrales, pescado y carne de ave magra, evitando el consumo de carnes rojas, alimentos grasos y procesados. que son más difíciles de digerir y aumentan la cantidad de desechos en el organismo, perjudicando su metabolismo en el hígado.
La cirrosis hepática es una enfermedad en la que el hígado funciona con gran dificultad, lo que puede ser causado por un consumo excesivo de alcohol, hepatitis viral u otras enfermedades. En estas situaciones, una nutrición adecuada es fundamental, ya que estas afecciones normalmente van acompañadas de pérdidas severas de peso, pérdida de masa muscular, acumulación de líquidos y deficiencia de algunos nutrientes, lo que deriva en desnutrición, que puede terminar agravando la enfermedad.
El daño al hígado causado por la cirrosis no se puede revertir sólo si se realiza un trasplante de hígado, sin embargo, si se identifica tempranamente y se trata con medicación y una dieta adecuada, se puede retrasar la progresión de la enfermedad.

¿Cómo debería ser la dieta?
La dieta para la cirrosis hepática debe incluir carbohidratos complejos, grasas buenas, proteínas de alto valor biológico y es importante asegurar una ingesta adecuada de nutrientes. Por ello, es importante que la persona realice de 5 a 6 comidas al día, en pequeñas porciones, especialmente si tiene poco apetito o se siente saciada muy rápidamente, además de evitar periodos prolongados de ayuno.
Además, es muy importante añadir una cena, que debe ser rica en hidratos de carbono y proteínas para evitar la pérdida de masa muscular, habitual en personas con cirrosis. Esta comida debe contener proteínas y carbohidratos complejos, pudiendo incluir un sándwich con queso o yogur con granola, por ejemplo.
También es importante consumir proteínas de origen animal, como huevos, lácteos, pescado y carne de ave, pudiendo moderar un poco su consumo y aumentar la cantidad de proteínas de origen vegetal, como tofu, soja o legumbres, en Además de los alimentos prebióticos. , ya que producen menos efectos en el organismo y reducen la acumulación de productos tóxicos. Obtenga más información sobre los prebióticos.
Tu dieta también debe incluir todo tipo de frutas y verduras, pues además de ser fuente de vitaminas y minerales, son ricas en antioxidantes que ayudan a desintoxicar el hígado y prevenir el daño celular causado por los radicales libres.
Por otro lado, las personas con cirrosis hepática pueden tener algunas deficiencias de vitaminas y minerales o tener bajo peso. Por lo tanto, puede ser necesaria una suplementación de estos nutrientes o una fórmula nutricional para aumentar las calorías consumidas, lo cual debe ser recomendado por un médico o nutricionista.
Pide cita con tu nutricionista más cercano para que te oriente sobre cómo seguir una dieta para la cirrosis hepática:
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Alimentos permitidos
Los alimentos permitidos en la dieta para la cirrosis hepática son:
- Todo tipo de frutas y verduras.crudos o cocidos, con o sin cáscara;
- Cerealespreferiblemente cereales integrales, tales como arroz integral, avena, quinua, cebada, centeno, pan y pasta integrales;
- Proteínas de origen vegetalcomo frijoles, soja, lentejas y tofu;
- Proteínas de origen animalcomo pescado, huevos y carnes blancas como pollo y pavo;
- Leche y productos lácteos bajos en grasa.como queso blanco, ricota, requesón y yogur;
- Bebidas vegetales de arroz, avena, avellanas o soja;
- Grasas saludablescomo aceite de oliva, girasol, soja o maíz, semillas de aguacate, chía, amaranto o calabaza, y frutos secos;
- Especiascomo azafrán, canela, comino, laurel, hojas de mostaza, nuez moscada, perejil, cilantro, ajo, orégano, cúrcuma, menta, albahaca, romero y tomillo.
Los alimentos deben prepararse al horno, a la plancha o hervidos, evitando freírlos.
Es importante que el profesional elabore un plan nutricional individualizado, que debe asegurar que la persona ingiere las calorías y proteínas adecuadas a su organismo. Además, en estos casos también se recomienda realizar actividad física moderada para prevenir la pérdida de masa muscular.
Alimentos que se deben evitar
Los alimentos que se deben evitar para ayudar a controlar la cirrosis son:
- Bebidas alcohólicasindependientemente de si son responsables de cirrosis;
- carne rojacomo carne de vacuno y despojos;
- Salchichascomo salchichas, chorizo y salami;
- Leche entera y productos lácteos ricos en grasas. como leche entera, mantequilla, queso crema y amarillo, como cheddar, brie, camembert, feta, parmesano, entre otros;
- Alimentos grasos y procesadoscomo papas fritas, snacks, salsas preparadas, fideos instantáneos, alimentos congelados y comidas listas para comer;
- Comidas dulcescomo pasteles, galletas, cupcakes, galletas tipo sándwich, refrescos y jugos procesados.
Es importante tener en cuenta que algunas personas con cirrosis hepática pueden tener intolerancia a algunos alimentos o experimentar dolor después de consumirlos, especialmente aquellos que contienen gases, como el brócoli, la coliflor o el repollo, y los lácteos, por ejemplo, siendo importante evitarlos. ellos en estos casos.
Menú de una dieta para la cirrosis.
La siguiente tabla brinda la opción de un menú de 3 días para una persona con cirrosis hepática:
Las cantidades incluidas en la dieta y la cantidad de líquidos a consumir varían según la gravedad de la enfermedad, la edad y el sexo. Por ello, lo ideal es acudir a un nutricionista para que pueda realizar una valoración completa y crear un plan nutricional adaptado a tus necesidades. Además, también es importante recordar que los medicamentos sólo deben consumirse bajo la supervisión de un médico.
El ayuno prolongado en personas con cirrosis hepática favorece la disminución de la masa muscular y la pérdida de peso, siendo importante comer cada 3 a 4 horas.
Cómo controlar la retención de líquidos
Para controlar la retención de líquidos que normalmente se produce en la cirrosis y que se llama ascitis, se debe reducir el consumo de sal, evitando añadirla a las comidas y consumir alimentos que la contengan en grandes cantidades, como embutidos, salami, carne en cubitos, listos para -comer alimentos, comida rápida, salsa inglesa, salsa de soja y productos enlatados.
Como alternativa, se debe dar preferencia al uso de hierbas naturales para condimentar los alimentos, como ajo, cebolla, pimiento, perejil, albahaca, cilantro, orégano, entre otras. Además, se recomienda consultar con un nutricionista para saber si se debe o no controlar la ingesta de líquidos, ya que dependiendo del grado de ascitis puede ser necesario.
Nutrición para la cirrosis hepática avanzada
Cuando la cirrosis hepática se encuentra en un estado más avanzado, la dieta normalmente debe realizarse en el hospital, ya que es necesaria para compensar el déficit nutricional y controlar los cambios metabólicos, lo que se realiza mediante el análisis de muestras de sangre periódicas que permiten evaluar la estado de salud de la persona.
Las personas con cirrosis hepática avanzada suelen tener deficiencias de minerales como potasio, magnesio y fósforo, así como de vitamina B, especialmente cuando la cirrosis es de origen alcohólico. En los casos de esteatorrea, que corresponden a deposiciones líquidas y grasas, también se pueden observar deficiencias de vitaminas liposolubles (A, D, E y K). Además, también pueden presentar retención de sodio, pérdida de masa muscular e hipoalbuminemia.
Por tanto, si la persona tolera la vía oral, la dieta debe ser sana y equilibrada, rica en calorías y proteínas, y debe complementarse con vitaminas y minerales. En los casos en que no se tolere la vía oral, la dieta debe administrarse a través de fórmulas nutricionales a través de sonda nasogástrica o nasoentérica o por vía intravenosa, permitiendo al nutricionista controlar mejor los nutrientes y la cantidad de líquidos que recibe, evitando la sobrecarga del hígado y mejorando. el pronóstico y el estado nutricional de la persona.
Estas fórmulas nutricionales son generalmente ricas en aminoácidos de cadena ramificada (BCAA) y bajas en aminoácidos aromáticos (AA). Los BCAA aparentemente previenen la entrada de sustancias tóxicas al cerebro, reduciendo el riesgo y el empeoramiento de la encefalopatía hepática, evitando la degradación de la masa muscular y pueden ser utilizados como fuente de energía por el músculo, el cerebro, el corazón y el hígado cuando el cuerpo no puede utilizarlos. glucosa. o grasa para generar energía.
Descubra cómo debe ser el tratamiento para la cirrosis hepática.