Absceso hepático: causas, síntomas y tratamiento.

Absceso Síntomas

El hígado es el órgano más susceptible a la formación de abscesos, que pueden ser solitarios o múltiples, y que pueden surgir debido a la propagación de bacterias a través de la sangre o a la propagación local de focos de infección en la cavidad peritoneal, cerca del hígado. , como el hígado. en el caso de apendicitis, enfermedades asociadas al tracto biliar o pileflebitis, por ejemplo.

Además, el absceso hepático es una patología que también puede ser causada por protozoos, conocido como absceso hepático amebiano.

El tratamiento depende del organismo que causa la infección pero generalmente consiste en administrar antibióticos, drenar el absceso o en casos más graves se puede recomendar cirugía.

Cuales son los signos y síntomas

Los signos y síntomas que suelen presentarse en las personas que tienen un absceso hepático son fiebre y en algunas personas, especialmente aquellas con enfermedad asociada a las vías biliares, pueden presentar signos y síntomas localizados en el cuadrante superior derecho, como dolor abdominal.

Además, también pueden aparecer escalofríos, anorexia, pérdida de peso, náuseas y vómitos.

Sin embargo, sólo aproximadamente la mitad de las personas con abscesos hepáticos tienen agrandamiento del hígado, dolor a la palpación en el cuadrante superior derecho o ictericia, lo que significa que muchas personas no tienen síntomas que dirijan la atención al hígado. La fiebre de origen desconocido puede ser la única manifestación de un absceso hepático, especialmente en los ancianos.

Posibles Causas

Los abscesos hepáticos pueden ser causados ​​por diferentes microorganismos, como bacterias o incluso hongos, que pueden surgir debido a la propagación de bacterias a través de la sangre o a la propagación local de focos de infección en la cavidad peritoneal, cercana al hígado, como es el caso. con apendicitis. , enfermedades asociadas a las vías biliares o pileflebitis, por ejemplo. Obtenga más información sobre la apendicitis y cómo identificarla.

Además, los abscesos hepáticos también pueden ser amebianos:

Absceso hepático amebiano

El absceso hepático amebiano es una infección del hígado por protozoos. La enfermedad comienza cuando los protozoos E. histolytica penetra a través de la mucosa intestinal, cruza la circulación porta y llega al hígado. La mayoría de los pacientes con esta enfermedad no presentan signos y síntomas ni presencia de protozoos en las heces.

La enfermedad puede aparecer meses o años después de viajar o vivir en una zona endémica, por lo que es importante conocer los antecedentes de viaje detenidamente para realizar el diagnóstico. Los síntomas más comunes son dolor en el cuadrante superior derecho, fiebre y sensibilidad en el hígado.

Los hallazgos de laboratorio más comunes son leucocitosis, fosfatasa alcalina elevada, anemia leve y velocidad de sedimentación globular elevada.

¿En qué consiste el diagnóstico?

El hallazgo de laboratorio más confiable es la elevación de la concentración sérica de fosfatasa alcalina, que generalmente es alta en personas con absceso hepático. En aproximadamente la mitad de los casos, también puede producirse un aumento de la bilirrubina y la aspartato aminotransferasa en sangre, leucocitosis, anemia e hipoalbuminemia.

Las pruebas de imagen suelen ser las más fiables para diagnosticar esta enfermedad, como la ecografía, la tomografía computarizada, la gammagrafía con leucocitos marcados con indio o galio y la resonancia magnética. También se puede realizar una radiografía de tórax.

El diagnóstico de absceso hepático amebiano se basa en la detección, mediante ecografía o tomografía computarizada, de una o más lesiones, que ocupan espacio en el hígado, y una prueba serológica positiva para anticuerpos contra los antígenos de E. histolytica.

Cómo se realiza el tratamiento.

El tratamiento se puede realizar mediante drenaje percutáneo, manteniendo colocado un catéter con orificios laterales. Además, también se pueden utilizar medicamentos antibióticos específicos del microorganismo responsable de la infección, previa toma de una muestra del absceso. En los casos en que el absceso drena, es necesario un tratamiento más prolongado con antibióticos.

Si la infección es causada por Candida, el tratamiento suele consistir en la administración de anfotericina, seguido de tratamiento con fluconazol. En algunos casos sólo se puede utilizar el tratamiento con fluconazol, especialmente en personas clínicamente estables, cuyo microorganismo aislado sea susceptible a este medicamento.

Para el tratamiento del absceso hepático amebiano, se pueden utilizar medicamentos como nitroimidazol, tinidazol y metronidazol. Hasta el momento, este protozoo no ha mostrado resistencia a ninguno de estos medicamentos. Rara vez es necesario el drenaje de los abscesos hepáticos amebianos.