8 remedios caseros para la diverticulitis

Enfermedades

Algunos remedios caseros que ayudan a prevenir y aliviar los síntomas de la diverticulitis son el té de anís, el té verde, el jugo verde con jengibre, el jugo de aloe vera y el té de carqueja.

Estos remedios naturales mejoran la digestión, combaten el dolor y la inflamación, porque son ricos en compuestos fenólicos con propiedades antioxidantes, analgésicas y antiinflamatorias, ayudando a restaurar el intestino y previniendo ataques de diverticulitis.

La diverticulitis es la inflamación y/o infección de los divertículos, que son pequeñas bolsas presentes en las paredes del intestino, que provoca síntomas como períodos de alternancia de diarrea y estreñimiento, dolor abdominal, náuseas y pérdida de apetito. Obtenga más información sobre la diverticulitis.

Algunos remedios caseros para la diverticulitis son:

1. Té de hinojo

El té de hinojo es una buena opción como remedio casero para la diverticulitis, porque contiene anetol, eugenol y linalool, que son compuestos bioactivos con efectos analgésicos, digestivos y antiinflamatorios, que ayudan a aliviar síntomas como la mala digestión y el dolor. Descubre todos los beneficios del té de hinojo.

Ingredientes:

  • 1 cucharadita de semillas de hinojo secas;
  • 1 taza (té) de agua.

Modo de preparación:

Triture o triture las semillas de hinojo. En una cacerola, agrega agua y deja hervir. Después de apagar el fuego, agrega las semillas de hinojo, tapa la sartén y deja reposar durante 10 minutos. Cuela el té y bébelo inmediatamente. Puedes consumir hasta 3 tazas de té de anís al día, hasta por 2 semanas seguidas.

El té de hinojo no debe ser utilizado por personas alérgicas al anís o al compuesto anetol. Asimismo, este té no debe ser utilizado por mujeres embarazadas o en período de lactancia y niños menores de 12 años.

Además, las mujeres con cáncer de mama o las personas que toman medicamentos anticoagulantes deben evitar este té.

2. Té verde

Debido a que contiene catequinas, que son compuestos fenólicos con acción antiinflamatoria y antioxidante, el té verde fortalece las bacterias beneficiosas del intestino, ayudando a tratar la diverticulitis.

Ingredientes:

  • 1 taza de agua;
  • 1 cucharadita de té verde.

Modo de preparación:

En una cacerola o tetera, hierve el agua. Después de apagar el fuego, agrega las hojas de té verde, tapa la cacerola o tetera y deja reposar durante 10 minutos. Colar y beber frío o tibio. Se recomienda beber un máximo de 4 tazas de té verde al día, entre comidas.

El té verde no debe ser consumido por niños, mujeres embarazadas o en período de lactancia, personas con insomnio, hipertiroidismo, gastritis o úlceras gástricas. Además, debes evitar beber este té al final del día o en cantidades superiores a las recomendadas.

Además, el té verde puede alterar la acción de los anticoagulantes, medicamentos para la hipertensión arterial y el colesterol alto y, por tanto, en estos casos, el consumo de té verde sólo debe realizarse tras consejo médico.

3. Jugo de aloe vera

El jugo de aloe vera, que también se conoce como aloe vera, contiene polifenoles con propiedades antiinflamatorias, por lo que es una buena opción para ayudar a tratar la diverticulitis. Obtenga más información sobre el jugo de aloe vera.

Para preparar jugo de aloe vera, debes quitar las hojas de la planta, lavarlas y secarlas bien, y cortarles las espinas. Después, corta la base de la hoja y deja reposar la planta en posición vertical para que escurra el látex.

Luego, corte los lados de la hoja a lo largo, coloque la hoja y levante con cuidado la corteza de un lado con un objeto redondeado. Retire el gel de la planta con una cuchara y deseche las partes verdes o amarillas presentes en el gel. Por último, basta con poner en la batidora 100 g de gel y 1 litro de agua, licuar bien y luego beber.

Este jugo no está recomendado para niños, mujeres embarazadas y en período de lactancia, personas con inflamación uterina u ovárica, hemorroides, fisuras anales, cálculos en la vejiga, varices, insuficiencia renal, apendicitis, prostatitis, cistitis, disentería o nefritis.

4. Té de manzanilla y valeriana

La manzanilla y la valeriana tienen acciones antiinflamatorias, relajantes, cicatrizantes y antiespasmódicas, por lo que ayudan en el tratamiento de la diverticulitis, reduciendo la producción de sustancias inflamatorias y aliviando el dolor.

Ingredientes:

  • 1 cucharada de hojas secas de manzanilla;
  • 1 cucharada de raíz de valeriana seca;
  • ½ litro de agua.

Modo de preparación:

En una cacerola hervir el agua. Luego de apagar el fuego, agrega la manzanilla y la valeriana a la sartén, tapa y deja reposar por 10 minutos aproximadamente. Beba un máximo de 2 tazas de este té al día.

El té de manzanilla con valeriana no debe recomendarse a mujeres embarazadas o en período de lactancia, a personas alérgicas a la manzanilla y a plantas de la misma familia que la manzanilla, como la margarita, la ambrosía y los crisantemos. Este té tampoco se recomienda para bebés menores de 6 meses.

Además, las personas que toman medicamentos anticoagulantes, sedantes, analgésicos, relajantes musculares o anticonvulsivos, por ejemplo, deben consultar a un médico antes de beber este té.

5. Jugo verde con jengibre

El jugo verde ayuda a aumentar el consumo de fibra a lo largo del día, mejorando el tránsito intestinal y ayudando a tratar la diverticulitis.

El jengibre contiene compuestos bioactivos, como el cineol y el borneal, que actúan como potentes antiinflamatorios y analgésicos, aliviando el dolor y la inflamación en el intestino.

Ingredientes:

  • 1 hoja de col;
  • 1 cucharada de postre de hojas de menta fresca;
  • jugo de 1 limón;
  • 1/2 manzana con cáscara;
  • 1/2 pepino;
  • 1 cucharadita de jengibre fresco rallado;
  • 2 vasos de agua filtrada o hervida;
  • Cubitos de hielo al gusto.

Modo de preparación:

Lavar bien la col y las hojas de menta, la manzana y el pepino. Corta la manzana y el pepino en cubos y colócalos en una licuadora. Coloca los demás ingredientes en la licuadora y licúa por 3 minutos o hasta que la mezcla esté muy homogénea. Colar y beber después.

Como contiene jengibre, este jugo no se recomienda para personas con cálculos biliares. También está contraindicado para personas con enfermedades hemorrágicas o que utilizan medicamentos anticoagulantes.

Las personas que usan medicamentos para controlar la presión arterial alta y la diabetes y las mujeres embarazadas sólo deben consumir jengibre bajo la supervisión de un médico.

6. Té de cúrcuma

El té de cúrcuma puede ayudar a tratar la diverticulitis, ya que es rico en curcumina, un compuesto bioactivo que actúa para reducir la inflamación y aliviar el dolor. Vea todos los beneficios para la salud de la cúrcuma.

Ingredientes:

  • 1 cucharadita de cúrcuma en polvo;
  • 150 ml de agua.

Modo de preparación:

Hervir agua en una cacerola o tetera. Retira la sartén del fuego, agrega la cúrcuma en polvo, revolviendo bien, tapa y deja reposar durante 10 minutos. Beba hasta 3 tazas de este té al día, entre comidas.

Este té está contraindicado para personas que usan medicamentos anticoagulantes o que presentan obstrucción de las vías biliares debido a la presencia de cálculos biliares.

Además, durante el embarazo o la lactancia, la cúrcuma sólo debe utilizarse bajo supervisión médica.

7. Té de carqueja

La carqueja es rica en rutina, luteolina y apigenina, que son flavonoides con acción antiinflamatoria que reducen la producción de sustancias inflamatorias, siendo por tanto muy útil para complementar el tratamiento de la diverticulitis.

Ingredientes:

  • 2 cucharadas de tallos de carqueja;
  • 1 litro de agua.

Modo de preparación:

En una cacerola hervir el agua y, después de apagar el fuego, añadir los tallos de carqueja. Tapa la sartén y déjala reposar durante 10 minutos. Colar y beber hasta 3 tazas por día.

El té de carqueja no está recomendado para niños ni para mujeres embarazadas o en período de lactancia. Además, las personas que usan medicamentos para controlar la diabetes o la presión arterial alta sólo deben beber este té bajo supervisión médica.

8. Té de uña de gato

El té de uña de gato ayuda a tratar la inflamación intestinal, como la diverticulitis, además de fortalecer el sistema inmunológico y reparar el daño de las células intestinales.

Estos beneficios son posibles porque la uña de gato contiene grandes cantidades de polifenoles, flavonoides, que son compuestos antioxidantes, inmunomoduladores y antiinflamatorios.

Ingredientes:

  • 20 g de cáscaras y raíces de uña de gato;
  • 1 litro de agua.

Modo de preparación:

Coloca el agua y la uña de gato en una cacerola y deja hervir durante 10 minutos. Apaga el fuego y deja reposar la mezcla otros 10 minutos. Colar y beber cada 8 horas, entre comidas.

Este té no está recomendado para niños, mujeres embarazadas o en período de lactancia, ni personas alérgicas a esta planta medicinal.

El té de uña de gato tampoco debe ser consumido por personas con enfermedades como lupus eritematoso, esclerosis múltiple, enfermedades renales o leucemia, con problemas de coagulación sanguínea o que estén utilizando anticoagulantes.