8 causas principales (y qué hacer)

Diarrea

La diarrea crónica es aquella en la que el aumento del número de deposiciones diarias y el ablandamiento de las heces se prolonga por un periodo mayor o igual a 4 semanas y que puede ser causada por infecciones microbianas, intolerancia alimentaria, inflamación intestinal o el uso de medicamentos.

Para identificar la causa de la diarrea crónica e iniciar el tratamiento adecuado, se recomienda acudir al gastroenterólogo para que valore los síntomas y solicite pruebas que ayuden a identificar la causa, realizándose normalmente examen de heces y análisis de sangre.

Vea el siguiente vídeo sobre cómo identificar las posibles causas de la diarrea crónica:

La diarrea crónica se produce como consecuencia de una irritación en el sistema gastrointestinal, la cual puede tener varias causas, siendo las principales:

1. Intolerancias o alergias alimentarias

Algunas intolerancias, como la lactosa o el gluten, o las alergias a las proteínas de la leche, pueden provocar irritación e inflamación en el intestino y provocar diarrea crónica, ya que diagnosticar este tipo de afección puede llevar algún tiempo. Además, dependiendo de la causa, pueden aparecer otros síntomas asociados a la diarrea.

Qué hacer: Es importante consultar a un gastroenterólogo para que pueda valorar los síntomas y realizar pruebas como análisis de sangre, determinación de IgE o anticuerpos antigliadina, pruebas cutáneas y de heces. Además, también se puede realizar una prueba de provocación oral, que consiste en ingerir el alimento del que se sospecha una intolerancia o alergia y luego observar si aparece algún síntoma.

2. Infecciones intestinales

Algunas infecciones intestinales causadas por parásitos como la giardiasis, la amebiasis o la ascariasis, por ejemplo, así como infecciones por bacterias y virus, principalmente rotavirus, pueden provocar diarrea crónica cuando no se detectan rápidamente. En general, las infecciones intestinales también pueden provocar otros síntomas como dolor abdominal, aumento de la producción de gases, fiebre, vómitos, entre otros.

Qué hacer: Por lo general, el tratamiento de las infecciones intestinales consiste en reposo, hidratación con suero casero o sueros de rehidratación oral y llevar una dieta de fácil digestión. Sin embargo, dependiendo de la causa de la infección, el médico también puede recomendar el uso de medicamentos para combatir el agente infeccioso, incluidos antibióticos o antiparasitarios.

Por lo tanto, si los síntomas persisten por más de 3 días o si hay fiebre alta o sangre en las heces, es importante consultar a un gastroenterólogo o médico de cabecera para que pueda evaluar los síntomas e indicar el tratamiento más adecuado. Ver más detalles sobre el tratamiento para la infección intestinal.

3. Síndrome del intestino irritable

El síndrome del intestino irritable es una enfermedad en la que hay inflamación de las vellosidades intestinales, lo que puede provocar diarrea crónica, exceso de gases, dolor e inflamación abdominal. Estos síntomas pueden variar según su intensidad, pudiendo aparecer de un momento a otro, persistir durante un tiempo y luego desaparecer.

Qué hacer: Es importante en estos casos acudir a un gastroenterólogo para que sea posible llegar a un diagnóstico evaluando los síntomas y realizando algunas pruebas como colonoscopia, tomografía computarizada y examen de heces.

Por lo general, el tratamiento consiste en seguir una dieta específica, baja en grasas y azúcares, y, en algunos casos, el médico también puede recomendar el uso de algunos medicamentos. Consulte más detalles sobre el tratamiento para el síndrome del intestino irritable.

4. Uso de algunos medicamentos

Existen algunos medicamentos que pueden alterar la flora bacteriana, la motilidad intestinal y las vellosidades intestinales, produciendo un efecto laxante y provocando diarrea como efecto secundario, lo que puede provocar este trastorno gastrointestinal debido a la toxicidad cuando el medicamento se utiliza en dosis superiores a las recomendadas. .

Algunos de estos medicamentos son antibióticos, algunos antidepresivos, medicamentos para tratar el cáncer, antiácidos e inhibidores de la bomba de protones, como omeprazol y lansoprazol, entre otros.

Qué hacer: Si la diarrea es causada por antibióticos, la mejor forma de combatir los síntomas es consumir probióticos, un complemento que se puede encontrar en las farmacias y que contiene bacterias encargadas de regular el funcionamiento intestinal.

Si es causado por otros medicamentos, lo mejor es consultar al médico que le recetó el medicamento e informarle del efecto secundario. Además, también es importante llevar una dieta de fácil digestión y mantenerse hidratado para mejorar la diarrea.

5. Enfermedades intestinales

Las enfermedades intestinales, como la enfermedad de Crohn, la colitis ulcerosa, la enteritis o la enfermedad celíaca, también pueden provocar diarrea crónica, ya que producen una inflamación crónica en el intestino, provocando no sólo diarrea sino también otros síntomas propios de la enfermedad actual.

Qué hacer: En estos casos se recomienda consultar a un gastroenterólogo para que se realice una evaluación y se indiquen pruebas diagnósticas para identificar la enfermedad e iniciar el tratamiento más adecuado. Además, una vez obtenido el diagnóstico, es importante consultar a un nutricionista, ya que la dieta juega un papel fundamental para aliviar los síntomas asociados a este tipo de enfermedades.

6. Enfermedades del páncreas

En enfermedades del páncreas, como la insuficiencia pancreática, la pancreatitis crónica o los casos de cáncer de páncreas, este órgano tiene dificultades para producir o transportar cantidades suficientes de enzimas digestivas para permitir la digestión y posterior absorción de los alimentos en el intestino. Esto provoca cambios principalmente en la absorción de grasas, provocando diarrea crónica, que puede ser pastosa, brillante o grasa.

Qué hacer: En estos casos, es importante consultar a un nutricionista para que se elabore un plan nutricional adaptado a las condiciones de la persona, que mejore la absorción de nutrientes, evite la pérdida de peso y la posible desnutrición y alivie las molestias que estas enfermedades pueden provocar.

Además, es posible que sea necesaria la suplementación de algunas vitaminas y minerales cuya absorción se ha visto dificultada por la frecuencia de las deposiciones líquidas, además de que el médico recomiende pancreatina, que es un medicamento que reemplaza las enzimas digestivas y ayuda a mejorar digestión. y absorción de los alimentos, mejorando la diarrea.

7. Fibrosis quística

Algunas enfermedades genéticas también pueden provocar cambios en el tejido del tracto digestivo, como es el caso de la fibrosis quística, una enfermedad que afecta la producción de secreciones en varios órganos, principalmente en los pulmones y el intestino, provocando que sean más espesas y viscosas. , lo que puede provocar períodos alternos de diarrea y estreñimiento.

Además, pueden aparecer otros síntomas asociados, como sensación de dificultad para respirar, tos persistente, infecciones pulmonares frecuentes, heces grasosas y malolientes, mala digestión, pérdida de peso, entre otros.

Qué hacer: Por lo general, esta enfermedad genética se identifica al nacer mediante la prueba del talón, sin embargo también puede detectarse mediante otras pruebas genéticas que identifican la mutación responsable de esta enfermedad.

El tratamiento de la fibrosis quística normalmente se realiza con el uso de medicamentos recetados por el médico, sesiones de fisioterapia respiratoria y seguimiento nutricional para controlar la enfermedad y mejorar la calidad de vida de la persona.

8. Cáncer de intestino

El cáncer de intestino puede provocar síntomas como diarrea frecuente, pérdida de peso, dolor abdominal, cansancio y presencia de sangre en las heces, que pueden variar según la localización del cáncer y su gravedad. Vea cómo reconocer los síntomas del cáncer de intestino.

Qué hacer: Si la persona presenta estos síntomas desde hace más de 1 mes, tiene más de 50 años o tiene antecedentes familiares de cáncer de intestino, es importante consultar con un gastroenterólogo. El médico evaluará los síntomas y podrá recomendar la realización de pruebas diagnósticas, como un análisis de heces, una colonoscopia o una tomografía computarizada para identificar el cáncer e iniciar inmediatamente después el tratamiento más adecuado.

Cómo se realiza el tratamiento.

Para tratar la diarrea crónica, inicialmente, el médico puede indicar formas de prevenir la deshidratación o la desnutrición, brindando orientación sobre cómo aumentar el consumo de líquidos y la nutrición diaria.

Luego se realiza el tratamiento definitivo según la causa de la diarrea, que puede incluir el uso de antibióticos o medicamentos antiparasitarios para tratar infecciones, la eliminación de medicamentos que puedan tener efecto laxante o medicamentos con efecto antiinflamatorio para enfermedades autoinmunes, por ejemplo. . ejemplo.

Que comer para la diarrea cronica

Cuando se tiene diarrea crónica, es importante acudir a un nutricionista para no sólo adaptar la dieta a la enfermedad de base, sino también valorar la necesidad de empezar a utilizar complementos nutricionales que ayuden a mantener o recuperar el peso, así como a tomar vitaminas. y minerales, si es necesario.

Es importante que el alimento sea fácil de digerir y absorber y puede incluir:

  • Sopas y purés de verduras cocidas que no estimulan el intestino, como calabaza, zanahoria, calabacín, chayote, papa, camote;
  • Plátano verde y frutas hervidas o asadas, como manzanas, melocotones o peras;
  • Gachas de arroz o maíz;
  • Arroz cocido;
  • Carnes blancas hervidas o asadas, como pollo o pavo;
  • Pescado hervido o a la plancha.

Además, es imprescindible beber alrededor de 2 litros de líquidos al día como agua, té, agua de coco o zumos de frutas colados, y tomar suero casero o suero de rehidratación oral que se puede encontrar en las farmacias. Estos sueros se deben tomar inmediatamente después de cada evacuación, en más o menos la misma cantidad que se pierden líquidos, esto evitará la pérdida de minerales y la deshidratación.