6 remedios caseros para la rinitis (y cómo prepararlos)

Tratamientos naturales

Algunos remedios caseros como el aceite esencial de eucalipto, el té de jengibre o el té de ortiga pueden ayudar a mejorar los síntomas de la rinitis, ya que son ricos en sustancias antioxidantes, antiinflamatorias e inmunoestimulantes que refuerzan las defensas naturales del organismo y ayudan a eliminar las flemas.

La rinitis es una inflamación de la mucosa nasal, generalmente causada por una alergia al polvo, ácaros o caspa, polen de árboles o flores, contaminación o humo, provocando la liberación de histamina en el organismo, sustancia responsable de los síntomas de la rinitis. Descubra todos los síntomas y causas de la rinitis.

Aunque los remedios caseros no garantizan la cura de la rinitis, pueden ayudar a aliviar los síntomas y prevenir la aparición de nuevos ataques, siendo una excelente manera de completar el tratamiento recomendado por tu médico.

1. Aceite esencial de eucalipto

El aceite esencial de eucalipto tiene en su composición eucaliptol, una sustancia con acción antiinflamatoria de las vías respiratorias, que ayuda a reducir la producción y facilita la eliminación de las flemas, que provocan congestión nasal y secreción nasal.

Este aceite esencial sólo debe usarse para inhalación y no debe consumirse por vía oral.

Ingredientes

  • 3 a 5 gotas de aceite esencial de eucalipto;
  • 1 litro de agua hirviendo.

Modo de preparación

Agrega gotas de aceite esencial de eucalipto al agua hirviendo. Luego, cúbrete la cabeza con una toalla abierta, de manera que cubra también el recipiente que contiene la solución de aceite esencial de eucalipto. Incline la cabeza sobre el recipiente y respire el vapor durante 10 minutos. Esta toalla ayuda a mantener la solución vaporizada por más tiempo.

El aceite esencial de eucalipto no debe ser utilizado por niños ni por mujeres embarazadas o en período de lactancia. Además, algunas personas pueden ser sensibles al aceite de eucalipto, especialmente personas con algún tipo de alergia respiratoria o asma. Por ello, si los síntomas de la rinitis empeoran, hay tos intensa o dificultad para respirar, se recomienda evitar el uso de aceite esencial de eucalipto.

2. Té de jengibre y ajo

El té de jengibre y ajo tiene propiedades antioxidantes y antiinflamatorias debido a la alicina, presente en el ajo, y compuestos fenólicos como el gingerol, chogaol y zingerone, provenientes del jengibre, que ayudan a combatir los síntomas de la rinitis como congestión nasal, secreción nasal, dolor de garganta. y malestar general.

Además, este té ayuda a fortalecer el sistema inmunológico y acortar la duración de la rinitis.

Ingredientes

  • 3 dientes de ajo, pelados y cortados por la mitad;
  • 1 cm de raíz de jengibre o ½ cucharadita de jengibre en polvo;
  • 3 tazas de agua;
  • Miel para endulzar (opcional).

Modo de preparación

Hervir agua con ajo. Retirar del fuego y agregar jengibre y miel. Colar y servir después.

El jengibre no debe ser consumido por personas que toman anticoagulantes, por lo que debe eliminarse del té en estos casos.

3. Té de menta

El té de menta es rico en mentol, un aceite esencial que ayuda a mejorar los síntomas de secreción nasal, congestión nasal, dolor de cabeza y tos, comunes en la rinitis.

Además, este té tiene propiedades antiinflamatorias, que ayudan a reducir la inflamación en las vías respiratorias, aliviando los síntomas de la rinitis.

Ingredientes

  • 6 hojas de menta picadas;
  • 150 ml de agua hirviendo.

Modo de preparación

En una taza agrega el agua sobre las hojas de menta picadas y deja reposar de 5 a 7 minutos. Colar, endulzar con miel si se desea y beber de 3 a 4 tazas al día.

4. Vinagre de manzana

El vinagre de manzana tiene en su composición polifenoles con propiedades antioxidantes y antiinflamatorias, que ayudan a fortalecer el sistema inmunológico y combatir la inflamación de las vías respiratorias, siendo muy útil para reducir los síntomas de la rinitis como la congestión nasal, la secreción nasal o la tos. , Por ejemplo. ejemplo.

Ingredientes

  • 1 a 2 cucharadas de vinagre de manzana;
  • 1 vaso de agua.

Modo de preparación

Agrega vinagre de manzana al vaso de agua y mezcla. Beber 1 vaso, 20 minutos antes del desayuno, almuerzo o cena.

Es importante enjuagarse la boca con agua después de beber la solución de vinagre de manzana y, para evitar que se desgaste el esmalte dental, debes cepillarte los dientes 30 minutos después de beber la solución.

El vinagre de manzana también se puede utilizar a lo largo del día para condimentar ensaladas, por ejemplo.

5. Infusión de tomillo

La infusión de tomillo es rica en sustancias antiinflamatorias y antioxidantes, como timol, carvacrol, cimeno y linalool, de acción expectorante, que permite la eliminación de las flemas y alivia la secreción nasal y la sensación de congestión nasal provocadas por la rinitis alérgica.

Ingredientes

  • 1 cucharada de extracto de tomillo seco o 2 ramitas de tomillo fresco;
  • 1 litro de agua hirviendo.

Modo de preparación

Agrega el tomillo seco al agua hirviendo y déjalo reposar de 5 a 10 minutos. Colar y beber hasta 3 tazas por día.

La infusión de tomillo no debe ser utilizada por personas con problemas estomacales como gastritis o úlceras, por personas con enfermedades hepáticas o que utilicen medicamentos anticoagulantes como warfarina o clopidogrel, por ejemplo.

6. Té de ortiga

El té de ortiga bloquea los efectos de la histamina en el organismo, sustancia responsable de la respuesta inflamatoria en casos de alergias. Por tanto, beber este té a lo largo del día ayuda a aliviar los síntomas de la rinitis alérgica, especialmente la secreción nasal, el picor y la sensación de congestión nasal.

Ingredientes

  • 2 cucharadas de café de hojas de ortiga picadas;
  • 200 mililitros de agua.

Modo de preparación

Hervir el agua y agregar las hojas de ortiga, luego dejar reposar 10 minutos, colar y beber de 3 a 4 tazas de té al día.

Otra opción es tomar cápsulas de ortiga en dosis de 300 a 350 mg, 2 a 3 veces al día.

El té de ortiga no debe ser utilizado por niños, mujeres embarazadas o en período de lactancia, ni por personas con enfermedades cardíacas o insuficiencia renal.