5 tratamientos para el cáncer de piel (melanoma y no melanoma)

Cáncer

El tratamiento del cáncer de piel se puede realizar con cirugía, radioterapia, quimioterapia o inmunoterapia, por ejemplo, lo que varía según el tipo de tumor, ya sea melanoma o no melanoma, así como el estadio de la enfermedad.

El cáncer de piel es un tumor maligno causado por mutaciones en las células que comienzan a multiplicarse sin control, y puede identificarse a través de signos como una lesión con diferentes colores, bordes irregulares y aumento de tamaño con el tiempo, por ejemplo. Sepa cómo identificar los signos del cáncer de piel.

El tratamiento del cáncer de piel lo lleva a cabo un dermatólogo y/u oncólogo y radiólogo, y debe iniciarse lo antes posible para aumentar las posibilidades de curación. Por ello, se recomienda estar siempre atento a los cambios en la piel que puedan indicar la aparición de cáncer.

Principales tratamientos para el cáncer de piel

Dependiendo de las características de la lesión, el tipo de cáncer, el tamaño y el estado general de la persona, se pueden recomendar diferentes tipos de tratamiento:

1. Cirugía

La cirugía es el tratamiento inicial para el cáncer de piel melanoma o no melanoma, como el carcinoma de células basales, el carcinoma de células escamosas o la queratosis actínica. Consulta los principales tipos de cáncer de piel.

Esta cirugía puede ser realizada por el médico mediante diferentes técnicas, las cuales son:

  • Cirugía de extirpación sencilla: Es el tipo de cirugía más utilizada, en la que se extirpa toda la lesión causada por el cáncer y parte del tejido sano circundante;
  • Cirugía micrográfica de Mohs: Se utiliza especialmente para el cáncer de piel en la cara, ya que está elaborado para eliminar capas finas de piel hasta eliminar todas las células cancerosas. De esta forma se puede evitar eliminar demasiado tejido sano y dejar cicatrices muy profundas;
  • Escisión o escisión tangencial afeitado: se realiza raspando la superficie de la piel con una cuchilla para eliminar el área anormal de la piel;
  • Electro curetaje: se extirpa el tumor con una cureta, que es un instrumento con forma de cuchara, y luego se aplica una pequeña corriente eléctrica para detener el sangrado y eliminar las células cancerosas que hayan podido quedar en la piel;
  • Criocirugía: Se utiliza en casos de carcinoma in situ, en los que la lesión está bien definida y es posible congelarla hasta eliminar todas las células malignas.

El tratamiento quirúrgico del cáncer de piel no melanoma o del melanoma en etapas tempranas se puede realizar únicamente con cirugía.

Sin embargo, en el caso de cáncer de piel melanoma o no melanoma en estadios avanzados, el médico podrá complementar la cirugía con otros tratamientos.

Si necesita tratamiento para el cáncer de piel, programe una cita con un dermatólogo oncológico en la región más cercana:

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2. Radioterapia

La radioterapia para el cáncer de piel se utiliza normalmente en casos más avanzados de cáncer de piel no melanoma, como el carcinoma de células basales y el carcinoma de células escamosas.

Este tipo de tratamiento también puede ser recomendado por el oncólogo para el melanoma o como tratamiento paliativo para este tipo de cáncer de piel, para aliviar los síntomas y mejorar la calidad de vida.

La radioterapia se realiza mediante una máquina, colocada cerca de la zona afectada, que emite radiación capaz de destruir las células tumorales, requiriendo varias sesiones de radioterapia, que pueden provocar efectos secundarios como picor, irritación o quemaduras en la piel. Consulta qué hacer para paliar los efectos secundarios de la radioterapia.

3. Quimioterapia

La quimioterapia para el cáncer de piel puede estar indicada para eliminar las células tumorales restantes, ya que actúan impidiendo la división y multiplicación de las células cancerosas.

Este tipo de tratamiento se puede realizar inyectando medicamento directamente en la vena, como dacarbazina, carboplatino, cisplatino o paclitaxel, o, en algunos casos, también se puede realizar tomando pastillas, como temozolomida, por ejemplo.

Sin embargo, la quimioterapia actúa sobre todas las células en división del cuerpo, como el folículo piloso o las células sanguíneas que se renuevan constantemente, lo que puede provocar efectos secundarios como la caída del cabello o una disminución del sistema de defensa del organismo, aumentando el riesgo de infecciones, por ejemplo. .

4. Terapia dirigida

La terapia dirigida utiliza medicamentos para ayudar al sistema inmunológico a identificar y atacar específicamente las células cancerosas, y tiene poco efecto sobre las células normales del cuerpo.

Algunos fármacos utilizados en la terapia dirigida contra el cáncer de piel son vemurafenib, encorafenib, binimetinib, imatinib o nilotinib, por ejemplo.

En algunos casos, la terapia dirigida se puede combinar con radioterapia o quimioterapia para aumentar las posibilidades de curación.

Algunos efectos secundarios de la terapia dirigida contra el cáncer de piel pueden ser reacciones alérgicas, dificultad para respirar, aumento de la presión arterial, acné, fiebre o diarrea, por ejemplo.

5. Inmunoterapia

La inmunoterapia también es otro tipo de tratamiento que puede recomendar un oncólogo para el cáncer de piel.

Algunos ejemplos de inmunoterapia para el cáncer de piel son:

  • Pembrolizumab, nivolumab, ipilimumab o cemiplimab, aplicados directamente en la vena;
  • Interferón inyectable para el carcinoma de células escamosas;
  • Imiquimod tópico en forma de crema para el carcinoma de células basales.

Este tipo de tratamiento ayuda a aumentar la respuesta del sistema inmunológico contra las células cancerosas, lo que puede provocar una disminución del tamaño del cáncer o retrasar su crecimiento.

Los fármacos inmunoterapéuticos se pueden utilizar junto con quimioterapia o radioterapia, en casos de cáncer de piel que han sido tratados previamente pero han reaparecido, o incluso utilizados en estadios más avanzados o con metástasis.

Signos de mejora y empeoramiento.

La reducción de las lesiones y la no aparición de nuevas lesiones son indicativos de que el tratamiento fue efectivo, por lo que es un signo de mejoría del cáncer, siendo más común en los casos en que el cáncer se identifica y trata en una etapa temprana.

Signos de empeoramiento

Cuando el tratamiento no se inicia precozmente o se encuentra en una fase muy avanzada, los signos de empeoramiento incluyen la aparición de nuevas lesiones cutáneas, dolor en el lugar de la lesión y cansancio excesivo, por ejemplo.

Además, en el caso de las metástasis pueden aparecer otros síntomas que varían según el órgano afectado.