11 causas y que hacer

Flema

La flema en la garganta puede aparecer debido a la poca ingesta de agua durante el día, o porque el aire es más seco, lo que puede dejar la garganta seca e irritada, con una mucosidad más espesa. Sin embargo, también puede ocurrir por condiciones de salud como amigdalitis, faringitis, sinusitis o incluso reflujo gastroesofágico.

Dependiendo de su causa, la flema en la garganta puede ir acompañada de otros síntomas, como sensación de flema atrapada en la garganta, flema constante, dolor de garganta, tos, fiebre o flema amarilla o verdosa, por ejemplo. Vea lo que significa cada color de flema.

Se recomienda consultar a un otorrinolaringólogo o médico de cabecera siempre que aparezcan síntomas de flema en la garganta, especialmente si empeora rápidamente o se acompaña de otros síntomas, para poder diagnosticar la causa e iniciar el tratamiento más adecuado. con analgésicos, antiinflamatorios y, en algunos casos, antibióticos.

Las principales causas de la flema en la garganta son:

1. Bebe poca agua

Beber poca agua durante el día puede resecar la garganta y aumentar la viscosidad de la mucosidad en la garganta, ya que el agua forma parte de la composición de la flema, lo que puede provocar la sensación de flema atascada en la garganta o flema constante.

Qué hacer: Lo ideal es mantener la garganta hidratada, bebiendo al menos 2 litros de agua al día en pequeños sorbos, para ayudar a diluir las flemas y aliviar la sensación de flemas atascadas en la garganta. Para las personas que tienen dificultades para beber agua, una buena opción es agregar el jugo de medio limón al agua para darle sabor y hacerla más fácil de beber.

2. Aire seco y aire acondicionado.

Cuando el aire es más seco, la mucosa de la nariz y la garganta tiende a perder humedad, y la garganta tiende a irritarse más, y la mucosidad se vuelve más espesa, provocando la sensación de flema constante en la garganta o flema atascada en la garganta. , además de tos seca, carraspeo o incluso ronquera.

Además, el uso del aire acondicionado también puede hacer que el aire de la habitación sea más seco, favoreciendo la irritación de garganta y las flemas constantes.

Qué hacer: Lo ideal es evitar el aire acondicionado y la exposición a ambientes secos. Además, se recomienda beber abundante agua y aplicar en la nariz soluciones de hidratación de las mucosas, como el suero fisiológico. Otra medida es utilizar un humidificador ambiental, ya que aumenta la humedad del aire, reduciendo la irritación o inflamación de la garganta, además de abrir las vías respiratorias y ayudar a liberar las flemas. Vea cómo utilizar el humidificador correctamente.

3. Sinusitis

La sinusitis es una inflamación de los senos nasales, que son pequeñas cavidades en el cráneo, alrededor de la nariz y los ojos, generalmente causada por enfermedades alérgicas o infecciones por virus, hongos o bacterias, provocando que la flema se acumule en la nariz.

El exceso de flema en la nariz puede provocar goteo posnasal, que es cuando la flema gotea por la garganta, provocando tos, hinchazón, irritación de la garganta y sensación de picazón en la garganta y flema amarilla o verdosa en la garganta.

Qué hacer: El tratamiento de la sinusitis generalmente se realiza con medicamentos recomendados por el otorrinolaringólogo, como analgésicos, antiinflamatorios, descongestionantes nasales o antibióticos. Además, para complementar el tratamiento médico, se pueden realizar lavados nasales con agua y sal o solución salina, o inhalaciones de vapor para ayudar a fluidificar las flemas, ayudando a eliminarlas y aliviando los síntomas. Vea los principales remedios para la sinusitis.

4. Resfriado y gripe

La gripe y el resfriado son infecciones causadas por virus, que pueden entrar por la nariz y llegar a la mucosa de la garganta, provocando síntomas como inflamación o irritación en la garganta, flema blanca o gris, dolor de garganta, tos, fiebre, estornudos, dolor de cabeza y dolor corporal.

Qué hacer: Debes mantener tu cuerpo hidratado, bebiendo muchos líquidos y descansando. Además, el otorrinolaringólogo puede recomendar el uso de medicamentos analgésicos, antiinflamatorios o descongestionantes, como paracetamol, ibuprofeno o desloratadina, por ejemplo, para ayudar a aliviar los síntomas. Aprenda a diferenciar la gripe de un resfriado.

5. Amigdalitis bacteriana

La presencia de flema en la garganta también puede ser causada por amigdalitis bacteriana, que es una inflamación de las amígdalas, que son estructuras ubicadas en la garganta, causada por bacterias, principalmente Streptococcus pyogenes.

Además, otros síntomas que pueden aparecer son flemas con pus, dolor de garganta intenso, dificultad para tragar, fiebre alta o presencia de pus en la garganta.

Qué hacer: El tratamiento de la amigdalitis bacteriana debe realizarse bajo la supervisión de un otorrinolaringólogo que podrá recomendar el uso de antibióticos para combatir la infección, como amoxicilina, azitromicina, clindamicina o cefalosporina, por ejemplo. Consulta los principales tratamientos para la amigdalitis bacteriana.

6. Rinitis alérgica

La rinitis alérgica es una inflamación de la mucosa de la nariz que puede provocar la acumulación de flema en la nariz, que en exceso puede gotear en la garganta, provocando una sensación de flema constante en la garganta, además de obstrucción o secreción. nariz, ojos llorosos y estornudos constantes.

La rinitis alérgica se produce por el contacto con sustancias alergénicas, como el polvo, el polen, la caspa de animales o algunas plantas, por ejemplo, y puede ser más frecuente durante la primavera o el otoño.

Qué hacer: El tratamiento de la rinitis alérgica debe ser guiado por un alergólogo o médico de cabecera, según la intensidad y frecuencia de los síntomas, pudiendo estar indicado el uso de medicamentos antialérgicos, como la desloratadina o la cetirizina, por ejemplo, además de ser imprescindibles. para evitar el contacto con la sustancia que causó la alergia. Consulta los principales antialérgenos que te puede recomendar tu médico.

7. faringitis

La faringitis es una inflamación de la faringe, situada en la parte posterior de la garganta, que puede ser causada por virus, como el adenovirus, el rinovirus o la gripe, o por bacterias, como la Streptococcus pyogenespor ejemplo, causando dolor de garganta, dificultad para tragar y sensación de picazón o picazón en la garganta, y flema verde o amarilla en la garganta.

Además, en algunos casos puede aparecer fiebre, dolor de cabeza, malestar general y ronquera.

Qué hacer: El tratamiento de la faringitis varía según los síntomas y la causa, pudiendo el otorrinolaringólogo recomendar el uso de analgésicos, antiinflamatorios o antibióticos. Además, es importante descansar y beber muchos líquidos durante el tratamiento. Consulta los principales tratamientos para la faringitis.

8. Reflujo gastroesofágico

El reflujo gastroesofágico es el retorno del contenido del estómago hacia la boca, provocando dolor, sabor desagradable y, en algunos casos, picor de garganta y sensación de flema constante en la garganta, debido a la irritación que provoca el contenido ácido del estómago.

Qué hacer: El reflujo gastroesofágico debe tratarse según las recomendaciones del gastroenterólogo con el uso de antiácidos, protectores gástricos o aceleradores del vaciamiento gástrico, para evitar el retorno del ácido del estómago a la boca, aliviando los síntomas. Consulta los principales remedios para el reflujo gastroesofágico.

9. Exposición a irritantes

La exposición a sustancias irritantes, como el humo del cigarrillo o la contaminación, puede provocar irritación de la garganta e inflamación crónica, lo que conduce a una mayor producción y acumulación de flema en la garganta.

Además, otros síntomas que pueden surgir son picazón, picazón en la garganta o incluso dolor de garganta.

Qué hacer: Evitar la exposición a sustancias que provocan irritación de garganta es la medida más eficaz. Si esto no es posible, puedes utilizar pastillas calmantes que tengan en su composición miel, limón o jengibre, o hacer gárgaras con soluciones a base de agua y sal.

En el caso de fumar, se debe consultar a su médico de cabecera quien podrá recomendarle medidas para dejar de fumar o medicamentos, como bupropión o vareniclina. Ver los principales remedios para dejar de fumar.

10. Problemas pulmonares

Algunos problemas pulmonares, como la bronquitis, el asma o la neumonía, pueden provocar un aumento de la producción de moco en los pulmones, congestión nasal y tos con flema clara, blanca, gris amarillenta o verde, que también puede contener sangre.

Además, estos problemas respiratorios pueden provocar dolor o irritación en la garganta, sensación de flema constante en la garganta, así como otros síntomas como dificultad para respirar o dificultad para respirar, sibilancias al respirar, fiebre o cansancio excesivo.

Qué hacer: Se debe consultar a un neumólogo quien podrá indicar el tratamiento más adecuado que varía según el problema pulmonar, pudiendo ser el uso de medicamentos como corticoides o broncodilatadores inhalados, en forma de petardos, analgésicos, antiinflamatorios, jarabes expectorantes o mucolíticos. indicado. y, en algunos casos, antibióticos. Vea cómo se tratan la bronquitis, el asma y la neumonía.

11. Uso de descongestionantes nasales

El uso de descongestionantes nasales, en forma de soluciones o aerosoles nasales que contienen sustancias que provocan el estrechamiento de los vasos sanguíneos de la mucosa nasal, como la nafazolina o la pseudoefedrina, puede provocar un aumento de la producción de moco en la nariz, que puede gotear en el interior de la nariz. garganta y provocar la sensación de flema en la garganta.

Esto se debe a que al utilizar descongestionantes nasales en exceso o por un tiempo prolongado, puede aparecer una congestión nasal de rebote, que es cuando el cuerpo comienza a producir sustancias para provocar la dilatación de los vasos sanguíneos de la mucosa nasal, al percibir que ha habido una una disminución del flujo sanguíneo en esa región. y así las molestias de la congestión nasal pueden empeorar.

Qué hacer: Los descongestionantes nasales sólo deben usarse si lo recomienda el médico y durante el menor tiempo de tratamiento posible, que generalmente varía de 3 a 7 días, dependiendo de la sustancia presente en el descongestionante.



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