10 síntomas principales de la hepatitis B (con test online)

Enfermedades

Los principales síntomas que pueden indicar hepatitis son dolor de cabeza, malestar general, falta de apetito, náuseas, cansancio excesivo, dolor en la parte superior del vientre y piel y ojos amarillentos, en los casos más graves de la enfermedad.

En la mayoría de los casos, la hepatitis B no causa ningún síntoma, especialmente en los primeros días después de la infección por el virus. Sin embargo, en algunos casos la infección por el virus de la hepatitis B puede ser sintomática, confundiéndose a menudo los síntomas con los de una simple gripe, lo que acaba retrasando el diagnóstico de la enfermedad y su tratamiento.

Mire la conversación entre la nutricionista Tatiana Zanin y el Dr. Drauzio Varela, sobre la hepatitis:

Síntomas principales

Los principales síntomas de la hepatitis B son:

  1. Color amarillento de la piel y los ojos;
  2. Dolor en la región superior del vientre;
  3. Vientre hinchado;
  4. Heces amarillentas, grises o blanquecinas;
  5. Orina oscura;
  6. Fiebre baja constante;
  7. Dolor en las articulaciones;
  8. Falta de apetito;
  9. Náuseas o mareos frecuentes;
  10. Cansancio excesivo.

Si se sospecha hepatitis B, es importante consultar a un hepatólogo o médico de cabecera para que se realicen pruebas que confirmen la infección.

¡No ignores las señales que te está dando tu cuerpo!

Prueba de síntomas de hepatitis B

Para conocer su riesgo de tener hepatitis B, seleccione los síntomas que se presentan en la prueba a continuación:

La prueba de síntomas de hepatitis B es sólo una herramienta orientativa y no sirve como diagnóstico ni reemplaza la consulta con un hepatólogo, especialista en enfermedades infecciosas o médico de cabecera.

¿Cómo se contrae la hepatitis B?

Algunas de las formas más comunes de contaminación por hepatitis B son:

  • Contacto íntimo sin condón;
  • Hacer una manicura con unos alicates contaminados;
  • Compartir jeringas;
  • Hacerse perforaciones o tatuajes con material contaminado;
  • Haber recibido una transfusión de sangre antes de 1992;
  • De madre a hijo a través del parto normal;
  • Lesión en la piel o accidente con agujas contaminadas.

La transmisión de la hepatitis B se produce por contacto con sangre o secreciones corporales contaminadas por el virus VHB. La saliva también puede transmitir este virus a través de mordeduras, pero no a través de besos u otros tipos de exposición a la saliva. Sin embargo, los fluidos corporales como las lágrimas, el sudor, la orina, las heces y la leche materna no son capaces de transmitir la enfermedad.

Cómo protegerte

La mejor manera de evitar contagiarse de hepatitis B es vacunarse, sin embargo, también es importante no tener relaciones íntimas sin protección, así como usar guantes siempre que sea necesario entrar en contacto con sangre o secreciones de otra persona.

Además, también se deben confirmar las condiciones de higiene y esterilización de las zonas de manicura o piercing y tatuaje, ya que existe manipulación de objetos que fácilmente pueden cortar la piel y contaminar la sangre.

Cómo se realiza el tratamiento.

El tratamiento de la hepatitis B aguda consiste en reposo, alimentación ligera, buena hidratación y no consumo de bebidas alcohólicas. La hepatitis se cura espontáneamente en la mayoría de los casos.

En el caso de la hepatitis B crónica, que se produce cuando el virus permanece en el hígado durante más de 180 días, también es recomendable tomar medicación durante aproximadamente 1 año para evitar mayores complicaciones hepáticas. Conoce más detalles sobre el tratamiento en estos casos y qué medicamentos se utilizan.

Cuando un adulto está infectado con el virus y goza de buena salud general, la enfermedad normalmente se presenta de forma leve y el propio organismo es capaz de eliminar el virus. Pero los niños que fueron infectados con el virus durante el parto o la lactancia tienen un mayor riesgo de desarrollar la forma crónica de la enfermedad y sufrir complicaciones como cirrosis, ascitis o cáncer de hígado.