Uno de los mejores placeres de la vida es sin duda comer. Y es que no hay nada como ir por primera vez a un restaurante y que te guste hasta la médula. Eso es lo que pasó con el nuevo restaurante Karú, en São Paulo.
Ubicado en el barrio de Pinheiros, que se está convirtiendo en un nuevo polo gastronómico de Sampa, el Brazo – que significa “comer” en tupi guaraní – dirigido por el chef André Ahn, ofrece cocina de autor, que se centra en ingredientes brasileños.
Nada más entrar notamos el ambiente sofisticado y a la vez acogedor, con techos altos y varias lámparas. Un encantador bar invita a los clientes a tomar una copa mientras esperan una mesa.
El chef nos preparó una sabrosa degustación, donde pudimos hacernos una idea de lo que se ofrece en el menú. Las ostras de Floripa, caramelizadas con manzana verde, sobre tuétano de res, en salsa de berros, abrieron la comida y nos dejaron con ganas de más.
Pedí el huevo perfecto, simplemente delicioso, con crema de cebolla y queso de Minas, cebollino y pan bizcocho de tocino.
También probé las vieiras de Ubatuba, ahumadas y marinadas en caipirinha, con puré de ñame, reducción de maracuyá y ralladura de limón, eran delicadas y de sabor intenso. De hecho, la presentación de los platos es impecable, verdaderas obras de arte, que nos magnetizan durante unos segundos, antes de dar el primer bocado.
El pulpo, con crema de lichi y caviar de arroz y aroma de flores, otro de los entrantes calientes, además de ser hermosoestaba en su punto y muy sabroso.
Los ñoquis de zanahoria, con emulsión de zanahoria, farofa de anacardo y piloncillo, fue uno de los que más me sorprendió, por el sabor suave de la zanahoria y la cantidad justa de condimento.
Degradado de atún con arroz negro y remolacha en seis presentaciones – en el menú como plato principal, pero nos lo sirvieron como entrante, fue otro platillo ligero y creativo, que sin lugar a dudas repetiría y aún admiraría, es tan hermoso.
Finalmente llegó la termita, otra sugerencia del chef, de sabor intenso, como era de esperar, con una mezcla de champiñones en salsa de cerveza negra y puré de ajo.
Ahora, mi plato fuerte: raviolón negro abierto, relleno de puré de tomate, pulpo a la plancha y vieiras, en salsa de albahaca. Otro bellezacon el marisco muy bien condimentado y la masa ligera.
El horario de mi vuelo de regreso me impidió probar el postre, una reinterpretación del bombón Sonho de Valsa, el favorito del chef, que me hace querer volver al encantador Brazo. ¡El chef André Ahn ya me ha conquistado!
Por Renata Araujo
Fotos: Renata Araujo, Tamy Roxo y Raphael Criscuolo
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