Antibióticos para el dolor de garganta: las 5 mejores opciones

Garganta inflamada Síntomas

Algunos antibióticos, como la amoxicilina, la azitromicina y la cefalexina, pueden estar indicados para ayudar a tratar el dolor de garganta, ayudando a aliviar síntomas como ardor y escozor en la garganta, fiebre, dolor de cabeza, dolor o dificultad para tragar.

El dolor de garganta puede ser causado por virus o bacterias que se transmiten a través del contacto con las manos, tocarse la nariz o la boca, tocar a otra persona o tocar objetos como picaportes, teléfonos y juguetes, provocando amigdalitis o faringitis. Conozca las principales causas y cómo tratar la faringitis.

En la mayoría de los casos, la inflamación de la garganta mejora por sí sola en un plazo de 3 a 5 días y no requiere tratamiento con antibióticos. Por lo tanto, el uso de estos medicamentos sólo está indicado después de la evaluación y recomendación de un médico para prevenir complicaciones por infecciones causadas por bacterias, como la presencia de pus o fiebre reumática.

Antibióticos para el dolor de garganta

Los principales antibióticos que se pueden recomendar para tratar el dolor de garganta son:

1. amoxicilina

La amoxicilina es un antibiótico generalmente indicado para tratar infecciones causadas por bacterias. Estreptococo A., como faringitis y amigdalitis.

La dosis y duración del tratamiento con amoxicilina varía según el estado de salud, la edad y el peso corporal de la persona. Sin embargo, la recomendación de medicación para niños de más de 40 kg y para adultos es generalmente entre 250 mg y 1000 mg, 3 veces al día. Comprenda mejor cómo tomar amoxicilina.

Quién no puede utilizar: La amoxicilina no se recomienda para personas con alergias al fármaco, así como a penicilinas o cefalosporinas. Además, las mujeres embarazadas o en período de lactancia, las personas con problemas renales o que estén en tratamiento con otros medicamentos deben hablar con su médico antes de iniciar el tratamiento con amoxicilina.

Posibles efectos secundarios: El uso de amoxicilina puede provocar algunos efectos secundarios, como diarrea, vómitos, enrojecimiento y picazón en la piel. Aunque no hay evidencia de que la amoxicilina interfiera con la acción de los anticonceptivos, reacciones como diarrea y vómitos pueden reducir la efectividad de estos medicamentos y, por lo tanto, generalmente se recomienda utilizar otros métodos anticonceptivos, como condones, mientras se usa el antibiótico.

2. Azitromicina

La azitromicina es un antibiótico que se encuentra en forma de tableta o suspensión oral, y está indicado para la inflamación causada por bacterias, como amigdalitis y faringitis, o causada por virus, como en el caso de la mononucleosis, una infección causada por el virus de Epstein-Barr. virus, que causa síntomas como fiebre, dolor e inflamación en la garganta.

La dosis y duración del tratamiento con azitromicina varía según la edad y el tipo de enfermedad. Por tanto, la recomendación puede variar entre 250 mg y 1000 mg al día para adultos. En niños, la dosis debe ser calculada por el pediatra en función de su edad y peso corporal. Descubra cómo tomar azitromicina.

Quién no puede utilizar: La azitromicina no debe ser utilizada por personas alérgicas al medicamento ni a la eritromicina. Además, este medicamento no se recomienda para personas con enfermedades hepáticas, renales y problemas cardíacos.

La azitromicina sólo debe usarse durante el embarazo o la lactancia con la orientación y el consejo de un obstetra.

Posibles efectos secundarios: La azitromicina puede provocar náuseas, dolor de cabeza, somnolencia, vómitos, diarrea, estreñimiento, pérdida de apetito o exceso de gases.

3. Eritromicina

La eritromicina previene el crecimiento de bacterias, combatiendo las infecciones respiratorias y, por tanto, es una de las opciones para tratar la inflamación de garganta, como la amigdalitis.

Este antibiótico se puede encontrar en forma de tableta, cápsula o líquido, y generalmente se recomienda tomarlo en intervalos de 6 a 12 horas, de 2 a 4 veces al día. Sin embargo, la dosis de eritromicina varía según el estado de salud, el peso corporal y la edad, por lo que es fundamental consultar a un médico antes de utilizar este medicamento.

Quién no puede utilizar: Este medicamento está contraindicado para personas alérgicas a la eritromicina y azitromicina. Las personas que estén usando otros medicamentos deben hablar con su médico, ya que algunos medicamentos pueden interferir con el efecto de la eritromicina. Además, las personas con cambios en los latidos del corazón, enfermedades hepáticas y mujeres embarazadas o en período de lactancia también deben consultar a un médico antes de comenzar a usar azitromicina.

Posibles efectos secundarios: Los efectos secundarios más comunes del uso de este medicamento son diarrea, vómitos, dolor de estómago o pérdida de apetito. Además, la azitromicina puede provocar reacciones alérgicas graves, como anafilaxia, que incluyen síntomas como dificultad para respirar e hinchazón de la boca y la cara. Conozca los síntomas y aprenda cómo tratar la anafilaxia.

4. clindamicina

Al estar indicada para tratar infecciones, la Clindamicina es un antibiótico que reduce o previene el crecimiento de bacterias, estando indicada para el tratamiento de infecciones como amigdalitis, faringitis o laringitis, que pueden provocar inflamación en la garganta. Vea para qué sirve la clindamicina y cómo usarla.

Este medicamento se puede encontrar en forma de cápsulas y la dosis recomendada para adultos generalmente es de 600 mg a 1800 mg por día, dividida en 2, 3 o 4 dosis iguales. En niños, la dosis debe ser calculada por el pediatra ya que varía según el peso corporal.

Quién no puede utilizar: Este medicamento no debe ser utilizado por personas alérgicas a la clindamicina o la lincomicina. Además, las mujeres que están embarazadas o en período de lactancia, así como las personas con enfermedades hepáticas, renales, estomacales o intestinales, deben informar a su médico antes de empezar a utilizar este medicamento. La clindamicina no se recomienda para personas con meningitis. El uso de algunos medicamentos puede interferir con la acción de la clindamicina y, por tanto, debe ser informado al médico antes de iniciar el tratamiento.

Posibles efectos secundarios: El uso de clindamicina puede provocar algunos efectos secundarios, como náuseas, vómitos, sabor metálico en la boca, dolor en las articulaciones, acidez de estómago o manchas blancas en el interior de la boca. Además, este medicamento puede provocar una reacción alérgica grave con síntomas como ampollas o descamación de la piel, dificultad para tragar, hinchazón de garganta, lengua o labios, siendo en estos casos se recomienda buscar atención médica de urgencia.

5. Cefalexina

La cefalexina es un antibiótico que mata y previene el crecimiento de bacterias y puede usarse para tratar la inflamación en la garganta causada por bacterias, como la faringitis.

Este antibiótico se puede encontrar en forma de cápsula, tableta o suspensión líquida y se puede tomar en intervalos de 6 a 12 horas y el tratamiento dura en promedio entre 7 y 14 días. Sin embargo, como la dosis y el tiempo de tratamiento varían según la edad y la inflamación, se recomienda consultar a su médico antes de empezar a utilizar cefalexina.

Quién no puede utilizar: Las personas con alergias a los antibióticos deben informar a su médico antes de empezar a utilizar este medicamento. Además, las mujeres que están embarazadas o en período de lactancia, así como las personas con antecedentes de convulsiones, enfermedades del estómago, esófago, intestino, riñón o hígado, también deben informar a su médico antes de iniciar el tratamiento con este medicamento.

Posibles efectos secundarios: Los efectos secundarios más comunes que pueden ocurrir con el uso de cefalexina son náuseas, diarrea, vómitos, acidez de estómago, dolor de estómago, agitación, mareos y cansancio extremo. Sin embargo, se recomienda buscar atención de emergencia en caso de síntomas más graves, como heces con sangre, fiebre durante o después del tratamiento, irritación y picazón de la piel, dificultad para respirar o tragar y alucinaciones.