5 pasos para ayudar a los animales temerosos y ansiosos

Gatos

Amas a los animales. Nunca has tenido un animal temeroso. Ni siquiera puedes encender la aspiradora porque ya está oculta. Ni siquiera puedes salir de la puerta de tu casa para dar un paseo. Nunca pensaste que tendrías que pasar por esto. Pero aquí estáis tú y tu amigo peludo: ¡ambos no sabéis qué hacer!

Como sabéis, en Pet Anjo realizamos paseos (el famoso paseador de perros) con perros. Es muy común, por tanto, encontrar clientes literalmente desesperados porque, a pesar de su deseo de ofrecer el mejor ejercicio a sus mascotas, temen por su seguridad y bienestar. ¿Quién no ha temblado alguna vez al ver a un skater acercarse a su miedoso perro? En São Paulo, entonces, no hay coches, motos, ruidos… ¡Pero quédate tranquilo! Sin terapia de choque, período de rehabilitación en el encantador de animales. Necesitarás muchas ganas, dedicación, paciencia, conocimientos modernos sobre el comportamiento animal y, por supuesto, ¡mucho amor por tu amigo!

Ah, y esto se aplica a cualquier especie animal (incluso para animales humanos)!

Después de todo, ¿por qué tienen tanto miedo?

Los animales pueden sentir miedo por muchos motivos:

  • Factores genéticos: estrés prenatal materno y elementos hereditarios relacionados con la raza,
  • la falta de socialización en los primeros meses de vida: Es la razón más común, muy relacionada con el miedo a personas extrañas, otros perros y gatos y nuevos entornos.
  • experiencias traumáticas: eventos de miedo tan intensos que comienzan a influir en el comportamiento futuro del animal
  • abusos: animales que han sufrido abuso físico y emocional, como patadas, bofetadas, tirones, etc.
  • miedo aprendido por asociación: por ejemplo, el animal necesita llevar bozal en el veterinario (lo cual ya le tiene miedo), a partir de ese día también empieza a tenerle miedo al bozal, ya que se asociaba con el miedo al veterinario.
  • insecto: muy común en animales ancianos, o animales con problemas articulares, problemas locomotores, hipotiroidismo, animales ciegos, sordos, etc.

Y, si no se trabaja, el miedo puede evolucionar hacia una agresión defensiva, basada en el miedo, al fin y al cabo en algún momento el animal necesitará defenderse de la amenaza (y sí, una patineta o un niño pueden parecerle muy amenazantes a un animal) .

miedo al gato

¿Y cómo les ayudas?

Independientemente del motivo, existen pasos que puede seguir para ayudarlo a superar su miedo. Es importante recalcar que no harán milagros. La perseverancia (hacerlo siempre) y la constancia (hacer siempre lo mismo) serán claves para el éxito. Las medidas son:

1. Con pasos pequeños y progresivos:

Una de las formas de ayudar a un animal que le molesta algo en concreto, ya sean adultos, niños, una aspiradora, un trueno, es mediante una técnica llamada desensibilización. En esta técnica, el animal es expuesto al estímulo que lo asusta -también llamado desencadenante- pero de forma gradual y sistemática, sin confrontación.

Si al animal le molesta el sonido de la aspiradora, por ejemplo, puede empezar a hacer funcionar la aspiradora en una habitación mientras el perro está en la habitación contigua. Una vez que se sienta cómodo con el sonido a esta distancia, podrás encender el dispositivo cuando esté más cerca de la habitación, por ejemplo, cerca de la puerta. Y así progresivamente, hasta que el animal se sienta cómodo al lado del aspirador (lo que puede tardar meses).

A través de la desensibilización aprenderá, a su propio ritmo, que ese sonido que alguna vez fue aterrador no es tan malo. Nunca, bajo ninguna circunstancia, utilice terapia de choque o inmersión, también llamada inundación. No obligues al animal a enfrentarse a eso que le asusta. Además de ser traumático, empeora mucho el problema y daña la relación de confianza entre tú y él.

2. Enseñanza por asociación:

El viejo experimento de Pavlov con el perro, la campana, la comida y la salivación nos mostró que al combinar un estímulo que previamente no nos decía nada con un estímulo que ya tenía un valor, éramos capaces de manipular los desencadenantes de las emociones. En otras palabras, al combinar lo que da miedo con algo que realmente le guste al animal, podemos ayudarlo a dejar de sentir miedo.

Imagina que tu perro tiene miedo de que los coches pasen a su lado (un escenario muy común para un paseador de perros): en cuanto pasa un coche empieza a ladrar, se lanza contra el coche o se aleja, se agacha y trata de esconderse (ambas son perfiles de animales asustados). Podemos ayudar a este animal asociando algo placentero con el coche. Comience a una distancia en la que el animal se sienta cómodo; podrían ser 4 metros o incluso 100 metros, dependiendo de cada individuo. Así que cada vez que un coche pase junto al perro, dale al animal golosinas muy sabrosas. No puede ser comida o algo que ya esté acostumbrado a comer, tiene que ser un snack nuevo, muy valioso para el perro. Sigue ofreciendo las golosinas rápidamente, una tras otra mientras pasa un coche. Al mismo tiempo, habla con el perro de forma muy alegre y afectuosa.

Pero ojo: como no pasan coches, los bocadillos y las animadas conversaciones deben cesar inmediatamente. Al enseñarle al perro que suceden cosas buenas cuando pasan autos y que dejan de suceder cosas buenas cuando no pasan autos, se producirá un cambio en la respuesta emocional del perro. Ahora pensará: “¡Ay, qué bueno, un auto! ¿Dónde está mi merienda? en lugar de “¡Oh, no, un auto! ¡Vete, coche! ¿Notas la diferencia? ¡Algo que solía ser malo se vuelve bueno!

Es importante, sin embargo, no empezar este ejercicio en la calle más transitada de tu ciudad, es decir, ¡a máxima intensidad! Siempre debemos ayudar al perro a hacerlo bien y debemos prepararnos para ello. Es decir, comienza el ejercicio en un lugar más tranquilo y luego, a medida que notes pequeños cambios en el comportamiento del animal, aumenta la intensidad del ejercicio, yendo, en este ejemplo, a lugares más concurridos. Esto podría llevar meses, no tengas prisa, tómate tu tiempo.

3. Sin pasar el gatillo:

Siempre que trabajamos en la desensibilización (ítem 1) y el contracondicionamiento (ítem 2), el animal Nunca Debe sentirse tan incómodo que quiera salir corriendo, rascarse, ladrar, tirarse o dar cualquier señal de miedo. Siempre queremos trabajar por debajo de esa línea. Sin embargo, para saber si hemos cruzado o no esta línea, necesitamos saber leer el lenguaje corporal de los animales. Perros, gatos, roedores, conejos… Todos nos dan señales muy sutiles cuando tienen miedo (Pronto tendremos más publicaciones solo sobre este tema).

Así, si estás realizando alguno de estos ejercicios con un animal y este muestra algún signo de miedo o malestar, detente y retrocede unos pasos, hasta la distancia que no provoque la reacción del perro. Termina rápidamente la interacción con algo positivo y placentero y, la próxima vez, inicia la sesión en los pasos anteriores, con mayor distancia y menor intensidad.

4. Para molestias más leves: acostumbrarse

Si el animal simplemente se avergüenza cuando está cerca de otros perros o personas, lo que puedes hacer es llevarlo a todas partes. Pero ojo: esto sólo se puede hacer si el nivel de estrés del animal es ligero. Y aún así, hay que tener mucho cuidado de no colocar al animal en situaciones opresivas, como aglomeraciones de gente, la calle más transitada de la ciudad, el parque en domingo, etc. Empieza con menor intensidad. Y Nunca Permita que personas desconocidas se acerquen al perro, posiblemente haciéndolo sentir incómodo. Recuerde: dé siempre pasos pequeños y progresivos. De esta manera el animal tendrá la oportunidad de acostumbrarse a estar rodeado de personas y otros animales y crear asociaciones positivas.

5. Busque ayuda profesional

Es importante señalar que estas recomendaciones son sólo para animales que sienten miedo de leve a moderado a cosas específicas. Si su animal tiene fobia (reacción de miedo extremo, desproporcionada con respecto al estímulo desencadenante), o miedo a muchas cosas, o si ha probado las medidas anteriores y no ha obtenido resultados, es muy recomendable que busques un profesional de confianza en el campo del comportamiento animal. Esta persona podrá evaluar los problemas del animal, investigar exactamente qué desencadena la reacción de miedo y ofrecer apoyo al dueño. Y mucho cuidado a la hora de elegir a este profesional: evita a los que afirman que hay que ser el líder de la manada, alfa, dominante, a los que utilizan técnicas punitivas y estímulos aversivos como el uso de collares estranguladores y collares de choque. En nuestros paseadores de perros no utilizamos nada de eso: ¡sólo técnicas modernas con base científica!

Es habitual que los propietarios no se preocupen tanto por cuestiones relacionadas con el miedo como por destrozar cosas en casa o por los ladridos excesivos. Pero el miedo puede ser la raíz de estos comportamientos y el tutor debe tomarlo muy en serio. Además, el estado de estrés crónico en el que vive un animal temeroso puede provocar varias salud-Problemas relacionados, incluido el sistema inmunológico. Por no hablar de la alta probabilidad de que el miedo se convierta en agresión, que es el tema de un futuro post…